El papa Francisco decretó la destitución de la iglesia Católica del sacerdote argentino José Antonio Mercau, condenado en 2011 a 14 años de prisión por abuso sexual de cinco menores, informó una fuente eclesiática en Buenos Aires.
«El Santo Padre ha decretado la dimisión del Pbro. José Mercau del estado clerical», informó en un comunicado el Obispado de San Isidro, diócesis a la que pertenecía.
Mercau «ha perdido automáticamente los derechos propios del estado clerical, quedando privado de todo el ejercicio del Ministerio sacerdotal», reza el texto divulgado a través de la página web del obispado.
Desde su llegada al Vaticano en marzo de 2013, Francisco, el primer papa argentino y latinoamericano, manifestó su voluntad de enfrentar la pedofilia en la institución.
En julio último durante una homilía en el Vaticano pidió perdón «por los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero».
«No hay lugar en la iglesia para los que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie», había dicho entonces el máximo líder de la iglesia Católica.
José Mercau fue hallado culpable de «sometimiento y abuso sexual agravado» contra cinco niños de entre 7 y 15 años que estaban a su cuidado en un hogar parroquial de Tigre, periferia norte de Buenos Aires.
«Las víctimas valoran la decisión del papa Francisco porque es una forma de reparación, pero hay que señalar que el juicio canónico comenzó por pedido nuestro», remarcó la abogada de la querella Mariana Zárate al diario Página12 tras conocerse la destitución el miércoles por la noche.
Según probó el tribunal los abusos se cometieron entre 2000 y 2005 cuando uno de ellos logró contar su padecimiento a una de sus maestras, tras lo cual se constataron los otros cuatro casos, todos admitidos por el acusado.
Mercau, condenado en 2011, fue liberado en marzo de este año tras haber cumplido la mitad de la pena en virtud de un beneficio que computa doble el tiempo pasado tras las rejas durante el proceso judicial.
Había sido juzgado mediante un recurso abreviado sin juicio oral y público lo que impidió ventilar detalles del caso o escuchar el testimonio de las víctimas, todos varones que tienen en la actualidad entre 20 y 24 años.
Hasta 2004 había estado a cargo como sacerdote de la iglesia San Juan Bautista de la ciudad de Rojas, 220 km al oeste de Buenos Aires.
Estuvo en el mismo penal donde también está prisionero el sacerdote Julio Grassi, condenado a 15 años de cárcel por abuso sexual y corrupción agravada de menores cuando estaba al frente de una fundación para niños desamparados en Argentina.