Pandilleros salvadoreños están entrando por las noches a territorio hondureño por los puntos ciegos conocidos como La Estancia, Mesetas, El Carrizal y El Rancho, y otros que aún no han sido identificados por las autoridades, de acuerdo con una publicación que hiciera el Diario El Heraldo.
De acuerdo con la publicación del periódico hondureño, los pandilleros se refugian en pequeñas casas que fueron abandonadas por sus propietarios desde la época de la guerra. Esta zona fue escenario de combates en la década de los ochenta y fue considerada siempre como un bastión social del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Los criminales esperan que llegue la noche para salir en motocicletas y en carros a las aldeas donde consideran hay familias con capacidad para pagar la extorsión. Dejan los papeles amenazantes cerca de los corredores de las casas y salen corriendo en sus motos acechados por los perros.
Los políticos llegan cada cuatro años solo a pedir el voto. Los pandilleros poco usan los teléfonos para transmitir sus mensajes delictivos porque en estos territorios la señal de las compañías móviles de los dos países, especialmente las hondureñas, no es buena.
A veces la gente tiene que subirse a un árbol, a un cerro o buscar un sitio privilegiado para “conseguir” señal, según testimonios de pobladores del vecino país. Un poblador, que no quiso ser identificado, confirmó el problema.
Otro entrevistado relató que “en el papel dicen que tienen que aportar y les advertían que tienen dos años de estarlos vigilando y si quieren vivir bien tienen que aportar esa cuota”.
“A unos les piden cinco mil dólares, a otros tres mil, otros cien y 500 dólares”, añadió con cierta preocupación el hombre.
Los pandilleros no solo han visitado El Zancudo y Nahuaterique, también han frecuentado la zona de Santa Elena, señala la publicación del referido periódico.
La gente está realmente espantada, pues son tantas las noticias negativas que escuchan por las radios de lo que son capaces estos pandilleros que ya las personas hacen patrullajes por las calles, con el apoyo de las fuerzas militares del país hondureño.