«Nuestra principal preocupación en la actualidad es saber si (el presidente ruso, Vladimir Putin) irá más allá de Crimea, si Rusia intervendrá en las regiones orientales» de Ucrania, dijo Rasmussen en Washington.
El jefe de la OTAN dijo que los movimientos rusos en Crimea constituían una «agresión militar», y avanzó la hipótesis de que se trata de una estrategia más amplia.
«Si uno mira todo el conjunto, uno ve que es una estrategia global rusa», dijo a una selecta audiencia en el ‘think tank’ Brookings Institution.
«Esto sirve a los intereses estratégicos de largo plazo para mantener la inestabilidad en esa región que puede ser usada, entre otras cosas, para impedir a países de esa región buscar una integración euro-atlántica», expresó.
Poco antes, Rasmussen había adelantado el contenido de un discurso que tenía previsto para la jornada en Washington, donde afirmaba que la incorporación de Crimea por parte de Rusia constituye la amenaza «más grave» para la estabilidad de Europa desde la Guerra Fría.
«Hemos conocido otras crisis en Europa estos últimos años: los Balcanes en los años 90, Georgia en 2008. Pero se trata de la amenaza más grave a la seguridad y estabilidad de Europa desde el fin de la Guerra Fría», señaló Rasmussen, según el texto.
«Esto es un llamado de atención», añadió. «Para la comunidad euro-atlántica. Para la OTAN. Y para todos aquellos que están comprometidos con una Europa unida, libre y en paz».
Por segundo día consecutivo, advirtió que la OTAN no reconocerá la «anexión ilegal e ilegítima» de Crimea por parte de Rusia tras el referéndum del domingo.
E instó a Moscú a cesar todas las acciones militares hacia Ucrania y a buscar con su vecino un diálogo pacífico.
«Si continúa en ese camino, Rusia elige aislarse en la escena internacional», dijo, sin formular, sin embargo, ninguna amenaza militar para Moscú.
«No hay formas rápidas y fáciles de enfrentar a los tiranos del mundo», agregó.
La OTAN decidió a principios de marzo reforzar su cooperación con Ucrania y revisar la que ofrece a Rusia.
El Consejo OTAN-Rusia (NRC, en inglés) fue creado en 2002 para favorecer la cooperación entre los dos socios «sobre las cuestiones de seguridad» y «en toda una serie de asuntos de interés común», como la gestión de crisis o la lucha contra el terrorismo y la piratería.