Evo Morales tiene desde este miércoles una orden de aprehensión en su contra en Bolivia, en el día en que desde Argentina iba a celebrar los 14 años de la primera victoria que lo llevó al poder.
Morales calificó como un «regalo» del Gobierno interino de Jeanine Áñez, la orden para llevarlo ante la Justicia, que sostuvo que no le asusta.
Una comisión de fiscales emitió la orden, argumentando que no goza de privilegios, porque las acusaciones de graves delitos como sedición y terrorismo presentadas por el Gobierno transitorio corresponden a cuando ya no era presidente.
El ministro interino de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, considerado el ala dura de la Administración Áñez, publicó en sus redes sociales la orden de aprehensión contra Morales por la que debe «prestar su declaración informativa» ante la Fiscalía Especializada Anticorrupción.
Morales fue acusado el pasado noviembre de incitar a la violencia contra el Ejecutivo provisional desde su asilo en México, donde se encontraba antes de partir hacia Argentina.
La denuncia se sustenta en pruebas como un video en el que se escucha una voz atribuida a Morales, cuya autenticidad no ha sido demostrada por fuentes independientes, en la que supuestamente incita a un dirigente cocalero en Bolivia a mantener bloqueadas las ciudades para impedir el ingreso de alimentos y combustibles.
La Fiscalía sostiene que si bien está pendiente de autentificar si es la voz del acusado, sí tiene demostrado que las llamadas supuestamente incendiarias al cocalero son de números de Morales, uno de ellos activado en 2005, cuando ganó su primera elección.
Más tarde, el exviceministro de Seguridad Ciudadana Wilfredo Chávez, que ahora es el abogado de Morales, se presentó ante la Fiscalía General del Estado en Sucre, la capital de Bolivia y sede del Poder Judicial, para presentar un memorial a nombre de su defendido con el fin de conocer sobre el caso del que lo acusan.
«Hemos hecho conocer que se encuentra en una situación de refugio y por tanto con las garantías que ofrece a nivel internacional», señaló Chávez a los medios.
Desde Argentina, el Ministerio del Interior del país que ahora acoge a Morales aclaró que la solicitud de refugio continúa en trámite y que ese estatus no fue concedido aún.
En tanto, el fiscal general del Estado de Bolivia, Juan Lanchipa, advirtió que se solicitará la cooperación de la Interpol a través de la Cancillería para que se puedan activar todos los mecanismos de cooperación internacional.
De la misma forma, la Dirección de Migración y la Policía Boliviana activaron sus sistemas de alerta en zonas fronterizas, en especial con Argentina, para hacer cumplir la orden de aprehensión.
No se esperó mucho para contar con la reacción de Morales, que a través de sus redes sociales expresó que pretenden criminalizarlo y que «temen lo inevitable», que es su regreso al país.
«Quienes dieron el golpe de Estado pretenden criminalizarme y anuncian mi detención. Temen lo inevitable: que volvamos y retomemos nuestro proyecto plurinacional y la dignidad boliviana. No van a poder con la fuerza de la historia. Volveremos millones», escribió en su cuenta de Twitter.
La orden de aprehensión se emitió el mismo día que se cumplen 14 años de la primera victoria en 2005 del que luego se convirtió en el mandatario con más tiempo en el poder en Bolivia.
Morales sostuvo que «el mejor regalo» que recibió del Gobierno transitorio es una orden que consideró «injusta, ilegal e inconstitucional», al cumplirse 14 años de su «revolución».
«No me asusta, mientras tenga vida seguiré con más fuerza en la lucha política e ideológica por una Bolivia libre y soberana», sentenció.
Morales en 2016 promulgó una ley que declara el 18 de diciembre como el «Día de la Revolución Democrática y Cultural en el Estado Plurinacional», que se recordaba con actos especialmente en la región de Cochabamba con los movimientos afines a su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS).
La asambleísta por el MAS Leonilda Zurita señaló que «no es casual» que emitan la orden este día, con la intención de «atemorizar» y «amedrentar».
«Por qué va a tener cuentas pendientes con la Justicia, qué ha hecho, más bien ha renunciado para que no haya muertos», señaló.
Morales anunció el pasado 10 de noviembre que renunciaba al poder para pacificar Bolivia, un país entonces convulso entre denuncias de fraude a su favor en las elecciones del 20 de octubre que le habían dado ganador, pero a la vez denunciando un golpe para derrocarlo.
Zurita manifestó que esperan a Morales con los «brazos abiertos» y que son las autoridades «que asaltaron a Bolivia» las que deben rendir cuentas de las víctimas en el conflicto desatado tras los fallidos comicios, con 35 fallecidos y más de 800 heridos.
Por contra, el delegado del Gobierno interino ante la comunidad internacional, el expresidente boliviano Jorge Quiroga, indicó que «los cobardes escapan» y que Morales se fue voluntariamente del país, no forzado como él denuncia por un golpe de Estado.
«Los cobardes, los tiranos se van y no vuelven, créanme que este señor no va a volver, porque los cobardes que escapan, no vuelven más y tiene mucho por responder por 14 años de destrucción», subrayó Quiroga.
Esta orden de aprehensión complica los deseos de Morales de regresar al país para cumplir con su rol como jefe de campaña del MAS para dirigir a su partido hacia las nuevas elecciones.
Este miércoles, la Asamblea Legislativa elegirá los nuevos vocales del Tribunal Supremo Electoral para llamar a los comicios en 2020.