CARACAS, 9 abril 2014. El gobierno de Nicolás Maduro y la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) acordaron este martes entablar en próximas horas un diálogo con el acompañamiento de la Unasur y el Vaticano tras dos meses de protestas antigubernamentales que dejan en Venezuela 39 muertos.
«Hay unos acuerdos que hemos alcanzado, uno se refiere a la decisión de dialogar en términos mutuamente respetuosos y de igualdad, y de hacerlo frente a todo el país», dijo a la prensa el secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, tras celebrar una «reunión preparatoria» con una delegación del gobierno encabezada por Maduro.
Este encuentro, sin precedentes en el gobierno de Maduro, fue realizado en la sede de la cancillería venezolana gracias a los buenos oficios de una delegación de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que realiza su segunda visita a Venezuela en menos de un mes en un esfuerzo por propiciar un diálogo.
«Aspiramos a que en las próximas horas se dé ya la reunión formal que será pública y que los venezolanos podrán también compartir y ver», indicó de su lado el vicepresidente Jorge Arreaza, quien también participó en la reunión que duró casi cuatro horas y a la que también asistieron cancilleres de Unasur.
Maduro estuvo presente en este primer encuentro con la oposición, descrito como «reunión preparatoria» por la Unasur, pero se retiró de la cancillería sin dar declaraciones a la prensa.
Arreaza y Aveledo explicaron que también pactaron que el diálogo cuente con la figura de «facilitadores» representados por los cancilleres de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo; de Colombia, María Angela Holguín, y de Ecuador, Ricardo Patiño, y un representante del Vaticano.
Aveledo señaló que el representante del Vaticano podría ser su secretario de Estado, Pietro Parolin, mientras que Arreaza mencionó al nuncio aspostólico en Venezuela.
En Washington, el secretario de Estado estadounidenses, John Kerry, expresó ante el comité de Asuntos Exteriores del Senado su respaldo al trabajo de acompañamiento de la Unasur en Venezuela.
«Apoyamos mucho los esfuerzos de mediación de un tercero dirigidos a tratar de parar la violencia y ver si se logra un diálogo honesto» entre oposición y gobierno, dijo Kerry.
Maduro lanzó un diálogo nacional a finales de febrero, pero la MUD ha rechazado participar por considerar que no ofrece condiciones de igualdad.
Como puntos de la agenda de un diálogo, la MUD estableció como prioridad la discusión de una ley de amnistía para poner en libertad a más de un centenar de detenidos y la creación de una comisión de la verdad que esclarezca los hechos violentos en las manifestaciones.
En medio de las protestas han sido detenidos y destituidos dos alcaldes opositores, así como Leopoldo López, dirigente del partido Voluntad Popular.
La MUD también demanda el desarme bajo supervisión internacional de los denominados colectivos, civiles armados que según la oposición están vinculados al gobierno.
Como prioridades para el diálogo, Maduro anticipó que propondrá retomar la lucha contra la criminalidad y el impulso a un plan de inversiones y desarrollo económico.
Oposición dividida
Sectores de la oposición, principalmente del ala radical de la MUD, reaccionaron divididos al anuncio de entablar un diálogo con el gobierno de Maduro.
Voluntad Popular, que forma parte de la MUD, emitió un comunicado en el que advierte que no avaló la participación de la coalición en la «reunión preparatoria» con el gobierno y que rechaza un diálogo toda vez que no se han cumplido las condiciones planteadas por opositores, entre ellas la liberación de López y de los dos alcaldes destituidos, además de otros detenidos que considera «presos políticos».
«Ratificamos que en Voluntad Popular no creemos en un ‘diálogo’ donde el régimen solo plantea un show político utilizando a los cancilleres de la Unasur como interlocutores», señaló el comunicado.
El gobernador de Miranda (norte), Henrique Capriles, excandidato presidencial de la MUD derrotado por Maduro por una diferencia de 1,49 puntos porcentuales, también se refirió a un diálogo con el gobierno al subrayar que aunque se dé un acercamiento, persistirán los problemas que motivaron las protestas.
«¿Dialogar significa renunciar a principios? ¿Quién dijo que diálogo significa renunciar a que nuestro pueblo siga reclamando sus derechos? El pueblo tiene todo el derecho de protestar por los miles de problemas sin solución en nuestro país. Nadie le puede quitar su derecho», escribió Capriles en Twitter en momentos en que se realizaba la reunión.
Otro de los dirigentes de la oposición, Antonio Ledezma, alcalde de la Gran Caracas, advirtió vía Twitter que «mientras haya estudiantes detenidos, presos políticos, represión, invasión cubana y secuestro de instituciones, el diálogo no será real».
Las protestas, tachadas por Maduro de «golpe de Estado en desarrollo» y que dejan 39 muertos y unos 600 heridos, se iniciaron el 4 de febrero en San Cristóbal (oeste), en rechazo a la inseguridad y se ampliaron luego a varias ciudades incorporando reclamos por la crisis económica, la represión de las protestas y la detención de estudiantes y opositores.
Organizaciones no gubernamentales han denunciado casi un centenar de casos de abusos policiales, la mayoría de los cuales están siendo investigados por la Fiscalía General.
Las protestas han disminuido en intensidad, pero aún quedan focos de violencia en algunas localidades, principalmente en el municipio opositor de Chacao (este de Caracas), que cotidianamente es sacudido por disturbios callejeros entre manifestantes y fuerzas antimotines.