El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se despidió este martes de la presidencia con un emocionado llamado a sus compatriotas a la unidad por encima de las diferencias y destacó el legado de sus ocho años de gobierno.
En un discurso de aproximadamente una hora en Chicago, la ciudad donde comenzó su carrera política, Obama pasó revista a la situación actual del país y alertó a los estadounidenses que la superación de diferencias se tornó un imperativo.
«La democracia requiere un sentimiento básico de solidaridad, la idea de que más allá de nuestras diferencias estamos en esto juntos. Crecemos o nos hundimos juntos», dijo el mandatario.
Obama dijo a sus seguidores que el futuro del país requiere el rescate de los valores fundamentales que marcaron la fundación de la nación, para poder superar las diferencias.
En su visión, «todos nosotros, independientemente del partido político, tenemos que lanzarnos a la tarea de reconstruir nuestras instituciones democráticas», y tratar de «reducir la corrosiva influencia del dinero en nuestra política».
Estados Unidos, dijo Obama, está ahora «más fuerte» que hace ocho años, cuando él llegó a la Casa Blanca, y además el país es testigo de la mejora de las relaciones raciales en la sociedad estadounidense.
Sin embargo, añadió, la cuestión racial es aún una «fuerza divisiva» en el país.
Creer en el cambio
En su discurso ante unas 18.000 personas en un centro de convenciones en Chicago, Obama evitó de forma evidente hacer referencias críticas a su sucesor, Donald Trump, pero no eludió referirse a los temas que marcaron su campaña.
En una referencia a las críticas de Trump a los inmigrantes, en su mayoría latinoamericanos, Obama recordó que las mismas cosas ya fueron dichas sobre irlandeses, italianos o polacos.
«Estados Unidos no se debilitó con esos recién llegados; ellos abrazaron los principios de esta nación, y con eso (el país) fue fortalecido», dijo.
El presidente también destacó diversos logros de sus dos mandatos, como la reconstrucción de la industria automotriz, la creación de empleos y el reinicio de una nueva fase en las relaciones con un vecino, Cuba.
«Si hace ocho años les hubiese dicho que abriríamos un nuevo capítulo con los cubanos (…) tal vez me habrían respondido que tenemos las miras demasiado altas. Pero es lo que hicimos. Es lo que ustedes hicieron», dijo.
También reafirmó la necesidad de que el país mantenga los compromisos asumidos para combatir el cambio climático, y apuntó que se trata de una cuestión que afecta a las futuras generaciones.
«Podemos y debemos discutir sobre la mejor forma de abordar el problema. Pero simplemente negar el problema, no solo traiciona a futuras generaciones, sino que también traiciona el espíritu esencial de nuestro país», expresó.
En un adelanto de lo de podrá ser el eje de su futura actividad como ex presidente, Obama llamó a los estadounidenses de cualquier edad, a comprometerse con la participación política para tornarse piezas fundamentales y personajes del cambio social.
«Ustedes han cambiado el mundo», les dijo Obama, para quien la fuerza de las nuevas generaciones lo ha convencido de que «el futuro está en buenas manos».
«Les pido que crean»
«Les pido que crean. No en mi capacidad de promover un cambio, sino en la capacidad de ustedes», dijo Obama, para cerrar con la frase con que pavimentó su camino a la presidencia: «Sí, podemos. Sí, lo hicimos».
Obama decidió pronunciar este último mensaje a la nación desde Chicago porque fue en esa ciudad en que comenzó a actuar como organizador comunitario, donde formó su familia y donde lanzó una meteórica carrera política que lo llevó a la Casa Blanca.
Fue en Chicago que Obama aceptó la candidatura presidencial y donde pronunció su primer discurso como mandatario, y es también la ciudad donde estará situada la futura biblioteca presidencial.
Este martes, Obama no logró contener la emoción al agradecer a su esposa, Michelle, y a sus hijas Malia y Sasha por el apoyo permanente recibido.
Chicago exhibe con orgullo la presencia de Obama, desde una discreta placa frente a la cafetería donde Barack y Michelle tuvieron su primer encuentro, hasta la silla de barbería (empotrada en vidrio) donde el ahora presidente se cortaba el pelo por 24 dólares.
A partir de ahora, también será la ciudad donde la trayectoria presidencial de Obama llega a su fin.