El presidente estadounidense Barack Obama solicitó al Congreso $3,700 millones de dólares para frenar la oleada de inmigrantes clandestinos, especialmente tras el aumento en el número de niños centroamericanos que cruzaron ilegalmente la frontera, informó este martes la Casa Blanca.
El monto «refleja la exhaustiva estrategia del gobierno para resolver esta situación de una manera agresiva y efectiva», dijo un alto funcionario del gobierno.
El dinero estaría destinado a varias agencias del gobierno y financiaría el aumento de jueces de inmigración, funcionarios de asilo y agentes fronterizos, instalaciones de detención y la aceleración de deportaciones, señalaron los funcionarios.
Parte de los recursos se usarían además en una campaña para informar en Centroamérica sobre los peligros del viaje hacia Estados Unidos, especialmente para los menores, y en iniciativas para impulsar mejoras en seguridad y economía en los países de la región.
«Estamos tomando un enfoque agresivo desde ambos lados de la frontera», dijo uno de los funcionarios, que habló en condición de anonimato.
Desde el pasado mes de octubre más de 52.000 niños, en su mayoría provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala, han sido detenidos en la frontera estadounidense, lo que ha provocado una crisis política y humanitaria que el gobierno de Obama intenta gestionar, sin el apoyo de la oposición republicana.
El secretario de Seguridad Interior, Jeh Johnson, que viaja este martes a Guatemala para tratar la crisis, reiteró el domingo que el gobierno pondrá freno a la entrada de menores, al tiempo que agilizará las deportaciones.