El papa Francisco, que abrió su visita a Estados Unidos recordando los orígenes inmigrantes de su familia, llamó este miércoles a los obispos estadounidenses a acoger «sin miedo» en sus iglesias a los inmigrantes latinoamericanos.
Aunque alabó que «ninguna institución estadounidense hace más por los inmigrantes que sus comunidades cristianas», el pontífice argentino, primero del continente americano, ofreció una «sugerencia» sobre la materia.
«Ahora tienen esta larga ola de inmigración latina en muchas de sus diócesis. (…) Tal vez no sea fácil para ustedes leer su alma, quizás sean sometidos a la prueba por su diversidad. En todo caso, sepan que también tienen recursos que compartir», dijo Francisco.
«Por tanto, acójanlos sin miedo (…) Estoy seguro de que, una vez más, esta gente enriquecerá a su país y a su Iglesia», apuntó el papa durante una sesión de oración con los obispos en la Catedral de St. Matthews en Washington.
Al ser recibido momentos antes en la Casa Blanca por el presidente Barack Obama, el papa puso de entrada el tema de la inmigración, subrayando que llegaba a Estados Unidos como «hijo de una familia de inmigrantes».
«Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias», dijo el papa argentino en inglés al inicio de su discurso en la Casa Blanca.
Tanto por los africanos y asiáticos que atraviesan en precarias balsas el Mediterráneo para llegar a Europa o los latinoamericanos que cruzan ilegalmente la frontera estadounidense, el papa de 78 años ha pedido caridad por los migrantes.
El tema migratorio, que agita la campaña presidencial en Estados Unidos, podría estar de nuevo en la agenda papal el jueves, cuando Francisco se dirigirá al pleno del Congreso.
El partido republicano, que controla las dos cámaras, rechazó hace dos años una reforma que pretendía la regularización de los 11 millones de indocumentados, en su mayoría provenientes de América Latina.