El presidente estadounidense, Barack Obama, opinó este martes que el histórico acuerdo nuclear alcanzado con Irán podía permitir iniciar una nueva era en los vínculos entre Washington y Teherán, que rompieron sus relaciones diplomáticas hace 35 años.
«Este acuerdo nos da la posibilidad de ir en una nueva dirección. Debemos aprovecharla», declaró el mandatario durante una alocución solemne en la Casa Blanca. Evocando «diferencias bien reales» y «una historia difícil que no puede ser ignorada», estimó sin embargo que el cambio era posible.
Obama citó a uno de sus ilustres predecesores, John F. Kennedy –«Jamás negociamos bajó la influencia del miedo, pero jamás tenemos miedo a negociar»– para señalar que el texto firmado en Viena demostraba que la diplomacia estadounidense podía aportar «cambios reales y significativos, cambios que pueden hacer que este país y el mundo sean más seguros».
«Gracias a este acuerdo, la comunidad internacional tendrá las garantías de que la República Islámica de Irán no desarrollará un arma nuclear», agregó.
«Todos los caminos hacia un arma nuclear han sido cortados», insistió, y a continuación destacó que si Irán no respetaba sus compromisos, se volverían a poner en vigor «todas las sanciones».
«Este acuerdo no está basado en la confianza, Está basado en verificaciones. Los inspectores podrán acceder las 24 horas del día a las instalaciones nucleares iraníes clave», afirmó.
Obama, quien había hecho de este acuerdo una de sus prioridades de política exterior, advirtió al Congreso estadounidense contra un eventual rechazo «irresponsable» del mismo.
«Piensen en lo que podría haber ocurrido sin este acuerdo», dijo dirigiéndose a los congresistas, e insistiendo en el riesgo que representaría una carrera armamentista nuclear en «la región más inestable del mundo».
«No dudo ni un instante en que, dentro de 10 o 15 años, la persona que ocupe la Casa Blanca estará en una mucho mejor posición con un Irán más alejado de las armas nucleares», agregó.