Su nieto Mbuso explicó al periódico que el hombre de 95 años, que pasó el martes rodeado de su familia, «se sienta y mira a su alrededor».
«Lo vi ayer (martes) durante la comida. El va bien», dijo el nieto, quien añadió que va «mucho mejor».
El líder antiapartheid recibe cuidados intensivos por una enfermedad respiratoria en su casa en Johannesburgo, donde volvió el pasado 1 de septiembre tras pasar 86 días en un hospital de Pretoria.
Madiba, el nombre de su clan con el que le llaman afectuosamente sus compatriotas, ha tenido que hacer frente a varios problemas de salud en los últimos años.
Sus problemas pulmonares están probablemente relacionados con las secuelas de una tuberculosis que contrajo durante sus años en la cárcel de Robben Island, en donde pasó 18 de sus 27 años de detención.
En su intervención ante las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, dijo que Mandela «continúa respondiendo al tratamiento».