El Gobierno de Nicaragua llamó el lunes a extremar medidas ante el «riesgo» de fuertes sismos en Managua, sacudida desde hace cuatro días por temblores que mantienen en vilo a la población y dejaron un muerto, 40 heridos y miles de viviendas dañadas.
Hay «que tomar todas las medidas de protección» porque «está temblando y fuerte», y los expertos dicen que «hay riesgo inminente de un sismo peligroso», afirmó la portavoz del gobierno, la primera dama, Rosario Murillo, a medios oficiales.
Managua, de 1,5 millones de habitantes, fue estremecida a la medianoche del domingo por un temblor de 5,6 grados en la escala de Richter, que causó pánico en la población.
Los capitalinos se preparan con recipientes de agua, alimentos, focos, velas y frazadas. Muchos durmieron en las calles o cerca de las puertas, reviviendo el terremoto que destruyó Managua en 1972 y que dejó más de 10.000 muertos y cientos de desaparecidos.
«Sentí pánico, pero agarré a mi hijo, lo sujeté y fuimos a un área más segura», declaró a la AFP la profesora Esperanza García, que vive al sur de la capital.
El sismo tuvo su epicentro a 1 km del pequeño volcán Apoyeque, en la orilla del Lago Xolotlán, que bordea a los departamentos de Managua y León (noroeste), seguido por más de 40 réplicas de menos de 4 grados, pero superficiales, lo cual aumenta la intensidad, informó el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).
«Nicaragua lleva cuatro días de actividades (sísmicas) altamente peligrosas para la seguridad de la vida de la población», alertó el presidente Daniel Ortega, en un mensaje a la nación la madrugada del lunes.
Casi todos los sismos tuvieron lugar a escasa profundidad en las cercanías de los volcanes Momotombo y Apoyeque, a orillas del Xolotlán, y se han sentido con fuerza no sólo en Managua sino también en los departamentos de León, Granada, Boaco, Madriz y Carazo.
Las autoridades mantienen el alerta roja que declararon el jueves tras un primer terremoto de 6,2 grados, ocurrido a 10 km de profundidad y a 20 km al norte de la capital, cerca del volcán Apoyeque.
Un segundo temblor fuerte, de 6,1 grados Richter y a 113 km de profundidad, se registró el viernes a 60 km al suroeste de Managua, cerca del volcán Momotombo.
El gobierno planea iniciar en breve la reconstrucción en 17 municipios afectados, con recursos propios, de la empresa privada nicaragüense y la ayuda de países amigos como Ecuador y Venezuela. Las labores se concentrarán principalmente en Nagarote, Mateare y Managua, a orillas del Xolotlán.
– Xolotlán, amenaza latente –
El director técnico de Geofísica de Ineter, el alemán Wilfred Straus, explicó, en declaraciones al Canal 4, que la mayoría de las réplicas de las últimas horas se produjeron dentro del Lago Xolotlán, y que «podría ser posible otro (terremoto) un poco más fuerte», por lo que «tenemos que estar preparados».
Los expertos creen que los temblores activaron peligrosas fallas en Managua, que son evaluadas por Ineter y expertos de Cuba, Venezuela y México que llegaron al país, precisó Murillo.
Los sismos del jueves y viernes fueron seguidos por más de 1.000 réplicas de menor magnitud, que bajaron de intensidad el sábado y se reanudaron el domingo.
Los especialistas, el gobierno y líderes sociales reiteraron que el peligro sísmico sigue latente y que no hay que bajar la guardia.
«Tenemos que seguir atentos a las orientaciones (…) para no lamentar (más) pérdidas humanas», llamó el cardenal Leopoldo Brenes, en sus mensajes de inicio de Semana Santa.
Según Ineter, por debajo de Managua, que ya fue destruida por primera vez en 1931, pasan unas 16 fallas sísmicas activas y superficiales que confluyen en el Xolotlán. La ciudad está además rodeada de decenas de centros volcánicos con diferentes grados de actividad.
Fue en el Lago Xolotlán, de una superficie de 1.049 km2, donde se originó en 1972 el terremoto que destruyó Managua, una ciudad fundada en 1819 sobre suelos blandos de origen volcánico y que 33 años después fue declarada capital de Nicaragua.