Las autoridades de Costa Rica informaron este miércoles que desarticularon una organización criminal que buscaba enviar, vía aérea a Estados Unidos, cocaína oculta en hieleras con pescado congelado.
El Ministerio de Seguridad Pública indicó en un reporte la detención de cuatro costarricenses, una mujer y tres hombres, sospechosos de tráfico internacional de drogas por intentar enviar una carga de cinco kilogramos de cocaína.
El operativo fue realizado el pasado martes cuando agentes de la Policía de Control de Drogas allanaron cuatro viviendas localizadas en Portalón de Quepos, en la provincia de Puntarenas (Pacífico central), donde además decomisaron 470.000 colones (unos 780 dólares).
Según la información el 19 de enero del 2021, la policía realizaba una revisión de rutina de cargas en las bodegas cercanas al aeropuerto internacional Juan Santamaría, el principal del país y ubicado en las afueras de la capital.
Producto de dicho trabajo, los oficiales localizaron una carga de droga que «iba oculta en una hielera con pescado fresco congelado que pretendía salir del país vía aérea con ruta a los Estados Unidos, decomisando la Policía de Control de Drogas en esa ocasión un total de cinco paquetes con cocaína con un peso aproximado a un kilogramo cada uno», cita el informe.
Desde ese momento, las autoridades costarricenses iniciaron una investigación, que finalizó con la captura de los cuatro integrantes de la organización criminal, todos de nacionalidad costarricense, sin antecedentes ni causas judiciales, quienes fueron identificados como: Jiménez Obando de 32 años, Jiménez Hidalgo de 29 años, y Quesada Flores de 35 años y una mujer Fallas Sánchez de 27 años.
Los cuatro detenidos serán presentados ante el Ministerio Público como sospechosos del delito de tráfico internacional de drogas, que es castigado en Costa Rica con hasta 20 años de cárcel.
Datos del Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica indican que el país confiscó durante el 2020 un total de 56,7 toneladas de cocaína y 14,4 toneladas de marihuana.
Costa Rica es considerado por las autoridades antidrogas como un sitio de paso de la droga, pero también de almacenaje, operaciones en las que suelen participar costarricenses en alianza con grupos extranjeros.