El expresidente de Uruguay José Mujica (2010-2015) llamó este martes en Guatemala a combatir la desigualdad y atacar el consumismo en América Latina, al disertar en un foro centroamericano sobre integración.
«La libertad es el punto de vista individual, cuando nosotros tomamos la vida y la orientamos, no que nuestra vida nos la orientan por una imposición de demanda y de mercado», expresó el carismático exgobernante en su discurso de más de una hora en un hotel de la capital guatemalteca.
Para Mujica la tendencia de los «mercados es apropiarse del tiempo de nuestra vida y transformar el tiempo de vida en una mercadería, y es una carrera de carácter infinita».
«Estamos rodeados por un lado de injusticia social, pero por otro lado estamos rodeados de ofertas de la mañana a la noche, esa cultura que nos transforma en compradores compulsivos», insistió.
Lamentó que, a pesar de que un país puede multiplicar su riqueza, hasta el momento no ha podido combatir «la pobreza, ni la indigencia porque va quedando otra humanidad al costado del camino».
El anciano político también criticó la falta de recursos fiscales y la negativa de empresarios a pagar impuestos para que un gobierno invierta en los sectores más vulnerables.
«Un estado raquítico, sin recurso para impulsar la enseñanza, para defender la salud pública, particularmente de los pobres, un estado sin recursos para masificar la enseñanza podrá tener las mejores intenciones, pero no alcanza solo con intenciones», agregó.
Sin embargo, destacó que la integración económica de la región es necesaria para combatir la pobreza.
«La integración es una necesidad estratégica desde el punto de vista político y solo habrá integración si hay voluntad política y en América Latina no hay partidos progresistas si no son capaces de luchar a muerte por la integración», aseveró.
«Dicen por allí que soy el presidente pobre, yo no soy pobre, carajo», sentenció.
De acuerdo con el senador de Uruguay, “El Estado tiene la obligación ética y moral de ser el escudo de los pobres” y “la democracia, en el fondo, es repartir poder y eso es combatir la desigualdad de los que tiene menos”.
Además, dijo que “la democracia corre riesgo cuando en las campañas electorales se crean programas que no se van a poder cumplir jamás y se crean expectativas que después no se van a poder cumplir. Eso hace que la democracia se enferme”.
“No se puede dejar una promesa en el aire, debemos entender que así como la pérdida de la ética, como el fracaso por promesas exageradas, las promesas a veces no se pueden cumplir por el estado raquítico de la fiscalidad. Parece que no se puede cobra impuestos a los empresarios y se termina cobrando a quienes están en las zanjas”, expresó.
Sobre la ideología de los partidos, el exmandatario uruguayo aseguró: “Cuando se da la oportunidad de gobernar se confunde partido con gobierno, esa es la tumba. El partido está antes y después, el gobierno es hoy. El partido debe pensar en mañana, en la formación de cuadros que van a enfrentar el porvenir, pero el gobierno toma lo mejor y el partido tiende a transformarse en una agencia de colocación”.