El 15 de noviembre de 2017 Sydney Loofe se tomó una fotografía y la compartió en su cuenta de Snapchat, donde contaba que ya estaba lista para una cita. Semanas después fue encontrada muerta en una carretera de Nebraska, en Estados Unidos, después de verse con una mujer llamada Audrey que contactó por medio de la aplicación de citas, Tinder.
De acuerdo con el medio digital Mirror, un día después de la fotografía la joven no se presentó a trabajar y no respondía a los mensajes de sus padres, por lo que fueron a su departamento. Ahí encontraron a la gatita de Sydney sin comida, por lo que supieron de inmediato que algo no estaba bien y reportaron la desaparición de la joven en la Policía.
Las autoridades lograron contactarse con Audrey, quien dijo que sí había salido con Sydney, pero que la había dejado en casa de un amigo, ubicación que no pudo recordar.
A pesar de su versión, la policía siguió investigándola y se descubrió que su nombre real era Bailey Boswell, una mujer de 23 años que mantenía una relación con un hombre de 51 años de nombre Audrey Trail, además, las autoridades descubrieron que Boswell había estado ocupando un celular para mandar mensajes tanto a Sydney como Trail, lo que terminó llevándolos hasta la ubicación exacta del cuerpo de Sydney.
El reporte del forense indicó que la causa de muerte fue establecida como asfixia y Sydney opuso resistencia en sus últimos momentos, tenía moretones en las muñecas, en la parte posterior de la cabeza y en el interior de los muslos, se señaló que Sydney había sido sujetada antes de asesinarla.
La policía logró confirmar que Boswell y Trail eran una pareja inquietante, quienes disfrutaban del sexo en grupo con otras mujeres que conocieron a través de Tinder y él les contaba historias sobre cómo “ganar poder” matando gente.
La pareja fue detenida en 2018 acusada del asesinato de la joven y desde que comenzó el juicio Trail mintió en repetidas ocasiones, dando declaraciones diferentes a los medios, sus abogados y en la sala durante el juicio en 2020.
Boswell dijo que el asesinato no había sido planeado, pero que habían invitado a Sydney a ser parte de su estilo de vida, el cual consistía en una red sexual y de actividades delictivas, donde Las mujeres mantenían relaciones sexuales con Trail y Boswell a cambio de una paga, además de ayudarlos a realizar estafas en el negocio de las antigüedades, pero la chica se negó, por lo que el hombre enloqueció y la mató para protegerse.
Además, de acuerdo con el testimonio de otras chicas, que también fueron víctimas de la pareja, era un culto sexual donde había reglas para mantener comunicación con Trail y si se rompían las mujeres eran abofeteadas o ahorcadas con un cinturón y, cuando una mujer logró salir de la secta, fue amenazada de que su familia sería asesinada si se lo contaba a alguien.
La pareja fue declara culpable de asesinato en primer grado y conspiración criminal para cometer un asesinato, por lo que Bailey Boswell y Aubrey Trail fueron sentenciados a pena de muerte.