Un jurado nicaragüense declaró este martes «culpables» por el delito de asesinato a un pastor evangélico y a cuatro miembros de su congregación que en febrero pasado lanzaron a una hoguera a una campesina de 25 años alegando que estaba «endemoniada», informó una fuente judicial.
El veredicto de culpabilidad fue dictado contra el pastor Juan Rocha, y sus seguidores Pedro Rocha, Tomasa Rocha, Franklin Jarquín y Esneyda Orozco, al concluir un juicio público en un juzgado de la capital.
El jurado también encontró culpable por el delito de secuestro a cuatro de los cinco acusados.
El proceso fue conducido por el juez Quinto Penal de Managua, Alfredo Silva, quien el próximo 9 de mayo dará a conocer la condena a los acusados.
El macabro ritual fue realizado entre el 15 y 21 de febrero en El Cortezal, una remota y empobrecida comunidad de la Mina Rosita, en el Caribe norte de Nicaragua, donde la víctima Vilma Trujillo, vivía con sus dos hijos y su marido.
La fiscal asignada, Fabiola Rocha, pidió al juez imponer a los acusados la pena máxima de 30 años por el delito de asesinato y seis por el delito de secuestro, tras considerar que el grupo actuó con saña y alevosía.
Según testigos presentados por la Fiscalía (Ministerio Público), la víctima estuvo atada, sin comer, ni beber agua y fue golpeada durante una semana antes de ser lanzada a una hoguera durante un ritual religioso.
El pastor Juan Rocha decía que la mujer «era el mero diablo», relató uno de los testigos, el primo de la víctima Roberto Trujillo, durante el juicio que se efectuó el pasado 25 de abril y concluyó este martes,
Durante el proceso, los acusados se declararon inocentes de los cargos.
«Soy inocente de los que me están acusando», dijo una de las acusadas Esneyda Orozco.
Según la acusación de la Fiscalía, el 21 de febrero Orozco dijo a los feligreses «que Dios le había revelado que debían encender una hoguera y lanzar a la víctima al fuego para que el demonio que la tenía poseída la liberara».
Trujillo murió el 28 de febrero en un hospital de Managua como consecuencia de quemaduras de segundo y tercer grado en todo su cuerpo tras estar expuesta a una temperatura de 400 grados, declaró el forense de Rosita, Ricardo Larios durante el juicio.