El juez de la Corte Suprema, Antonin Scalia, un reconocido conservador que ayudó a moldear la legislación estadounidense, murió este sábado a los 79 años, presagiando un conflicto por su sucesión entre el presidente demócrata y el Senado, controlado por los republicanos.
Su muerte, a 11 meses de que un nuevo presidente llegue al Salón Oval, podría inclinar la balanza de la Suprema Corte, que actualmente cuenta con una mayoría conservadora frente a los liberales.
La bandera frente a la Corte Suprema ondeaba a media asta como homenaje a Scalia, quien murió mientras dormía en Texas donde se encontraba en un viaje de caza, informaron medios locales.
«Fue un individuo y un jurista extraordinario, admirado y apreciado por sus compañeros», dijo el presidente de la Corte John Roberts en un comunicado. «Su muerte es una gran pérdida para la corte y para el país al que sirvió tan lealmente».
El presidente Barack Obama fue informado en California y la Casa Blanca emitió un comunicado expresando las condolencias del mandatario.
«El presidente y la primera dama dan sus más profundas condolencias a la familia del juez Scalia», dijo el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Eric Schultz.
Los jueces del Tribunal Supremo son nombrados por el presidente y deben ser confirmados por mayoría en el Senado antes de jurar su cargo.
Por lo que el proceso para nominar y confirmar su reemplazo será complicado, ya que su muerte llega con un presidente demócrata enfrentado a un Congreso muy dividido, dominado por los republicanos.
«Tengo la intención de cumplir mis obligaciones constitucionales con el nombramiento de un sucesor a su debido tiempo. Tendré tiempo de sobra para hacerlo y el Senado (podrá) cumplir con sus responsabilidades», dijo Obama en una declaración que realizó para resaltar la personalidad del juez fallecido.
Sin embargo, el líder de la mayoría republicana en el senado advirtió previamente que Scalia no debería ser reemplazado hasta que no haya un nuevo presidente.
«El pueblo estadounidense debe tener voz en la elección del próximo juez de la Corte Suprema», dijo Mitch McConnell. «Por lo tanto, esta vacante no se debe ocupar hasta que tengamos un nuevo presidente».
Aunque el líder de los demócratas en el Senado, Harry Reid, aseguró que Obama debe mandar una nominación de «inmediato».
«Una figura sobresaliente»
Scalia fue nombrado en la Suprema corte en 1986 por el presidente Ronald Reagan, convirtiéndose en el primer italo-estadounidense en ejercer ese cargo.
El juez, a menudo beligerante, era conocido por su comportamiento descarado y su afilada lengua.
«La guerra es la guerra y nunca se ha dado el caso de que, cuando se captura a un combatiente, hay que darle un juicio con jurado en los tribunales civiles», dijo en una ocasión en referencia a los presos de la cárcel militar de Guantánamo.
Por su parte, el expresidente George W. Bush rindió homenaje a quien calificó como una «figura sobresaliente».
«Trajo intelecto, buen juicio y sentido común a la magistratura, y sus compañeros y el país le echarán de menos», añadió Bush.
«El juez Antonin Scalia era un hombre de Dios, un patriota y un inquebrantable defensor de la Constitución y del Estado de Derecho», dijo por su parte el gobernador de Texas Greg Abbott en un comunicado.
Futuro de la corte
«¿Qué es menos que cero? Las posibilidades de Obama de nombrar exitosamente a un juez de la Corte Suprema que reemplace a Scalia», dijo Conn Carroll, portavoz del senador republicano Mike Lee.
La mayoría republicana del Congreso puede bloquear cualquier nominación durante los últimos meses del presidente Obama en el cargo, postergando el proceso de sucesión de Scalia hasta la siguiente presidencia.
Eso quiere decir que la corte no contará con todos sus miembros durante cerca de un año.
«El juez Scalia fue un héroe estadounidense. Le debemos a él y a la nación que el próximo presidente nombre su reemplazo», tuiteó el candidato presidencial republicano Ted Cruz.
Mientras, el magnate y candidato republicano Donald Trump describió a Scalia como «uno de los mejores de todos los tiempos».