Millones de musulmanes de prácticamente todos los países de Oriente Medio celebran desde este viernes la fiesta del Aíd al Fitr, que pone fin al mes sagrado de ramadán, entre aspiraciones a la paz regional pero también con el sonido de la guerra en Sudán.
Líderes árabes han encabezado las oraciones de esta festividad que pone fin al mes de ayuno y que dura tres días, como es tradición.
El rey saudí Salmán, bin Abdulaziz, de 87 años, realizó este año su oración del Aíd en el Palacio Al Salam, en la ciudad costera de Yeda, informó la agencia oficial de noticias saudí, SPA.
A diferencia de años anteriores, este lo ha hecho en su residencia habitual, en lugar de acudir a una mezquita donde también se solía reunir una multitud de fieles.
«Esperad de Dios que el Aíd venga con noticias de estabilidad, seguridad y tranquilidad para nuestra región y todo el mundo», dijo en un mensaje en ocasión de la festividad.
En los últimos meses Arabia Saudí ha hecho un cambio en su política regional y ha anunciado el restablecimiento de relaciones diplomáticas con su archienemigo regional, Irán, con el que abrirán próximamente sus embajadas cerradas desde hace siete años.
Asimismo, está impulsando que Siria, aliado de Teherán, vuelva a sentarse junto al resto de países árabes en la Liga Árabe, de la que Damasco fue suspendido hace doce años por su rol represivo en las protestas de 2011.
Por su parte, el presidente sirio, Bachar al Asad, celebró este viernes la oración del Aíd en la mezquita del difunto presidente y padre Hafez al Asad, en el barrio de Al Mezzah de Damasco.
El jeque Shahrour, al pronunciar el sermón del Aíd en la mezquita damascena, afirmó que han visto a los niños ofrecer «lo que habían estado recogiendo para su fiesta para aquellos que fueron afectados por el terremoto», subrayando que esta es la «filosofía de la alegría».
El pasado febrero, varios terremotos en Turquía y Siria provocaron una de las peores tragedias de la historia contemporánea, que causaron más de 50.000 muertos, entre ellos casi 3.700 en el país árabe.
Mientras, ha habido llamadas internacionales para que las partes sudanesas en conflicto se adhieran a una tregua de tres días destinada a detener los combates que se suceden desde el pasado sábado entre rivales militares.