Nazario «El Chayo» Moreno, considerado el líder del cártel mexicano Los Caballeros Templarios, fue abatido este domingo por militares en Michoacán (oeste), más de tres años después de que fuera oficialmente dado por muerto por el anterior gobierno de Felipe Calderón.
Soldados mexicanos localizaron en las primeras horas del domingo a Moreno en los alrededores del municipio michoacano de Tumbiscatío (a unos 630 km al oeste de la capital) y trataron de detenerle pero se resistió, dijo ante la prensa Monte Alejandro Rubido, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
«Pero éste agredió a las fuerzas federales, que tuvieron que repeler la agresión dando muerte al presunto delincuente», señaló el funcionario, que no dio más detalles del enfrentamiento.
Antes de confirmar la muerte de Moreno oficialmente, las autoridades dedicaron buena parte del domingo a hacerle pruebas de identidad al cadáver.
Finalmente, el análisis de las huellas dactilares confirmó al 100% que se trata de Moreno, aunque se siguen haciendo estudios de genética, explicó Tomás Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal de la fiscalía mexicana.
En la conferencia de prensa incluso se mostró la comparación de las huellas digitales tomadas al cuerpo con las que se tenía de Moreno.
Rubido recordó que el 10 de diciembre de 2010 el gobierno de Calderón (2006-2010, Partido Acción Nacional, centro-derecha), anunció erróneamente la muerte de «El Chayo» en otro enfrentamiento con policías.
En ese momento «se argumentó que su cuerpo fue recogido por integrantes del grupo delictivo, por lo que no existieron evidencias de dicho fallecimiento», subrayó Rubido.
Moreno fue fundador del cártel La Familia, uno de los principales productores y exportadores a Estados Unidos de drogas sintéticas, y el primer capo que utilizó una doctrina pseudorreligiosa para reclutar y controlar a sus sicarios, que en los últimos años lo elevaron a la categoría de «santo».
«El Chayo» justificaba la sanguinaria violencia de su grupo como una «justicia divina» para proteger a Michoacán de otros grupos criminales. La Familia hizo una aterradora aparición pública en 2006 arrojando las cabezas de cinco personas en una pista de baile de la ciudad de Uruapan (Michoacán) acompañadas de este mensaje: «Solo muere quien debe morir…».
El «santo» que asolaba Michoacán
La muerte de Moreno es un nuevo golpe al narcotráfico del actual gobierno de Enrique Peña Nieto (Partido Revolucionario Institucional, centro), que asumió en diciembre de 2012.
El año pasado fue detenido Miguel Ángel Treviño, jefe del Cártel del Golfo, y el pasado 22 de febrero Joaquín «El Chapo» Guzmán, líder del cártel de Sinaloa (oeste) y el narcotraficante más buscado del mundo.
Rubido explicó que fue tras el despliegue el año pasado de un operativo de unos 10.000 policías y militares para pacificar Michoacán cuando empezaron a recibir denuncias ciudadanas que apuntaban que «El Chayo» estaba vivo y lideraba ahora a Los Caballeros Templarios, una escisión de La Familia.
Mediante trabajos de inteligencia se corroboró que Moreno, de 44 años, «se mantenía como líder indiscutido del grupo», afirmó Rubido.
«Se le señala como responsable de múltiples homicidios y por ser el encargado de las tareas de adoctrinamiento», agregó.
Pese a estar oficialmente muerto, la caída de «El Chayo» era una de las exigencias de los llamados grupos de autodefensa para desarmarse.
Las autodefensas están formadas por vecinos de comunidades rurales de Michoacán que hace un año se levantaron en armas para enfrentar a los Templarios, ante el recrudecimiento de sus ajustes de cuentas, secuestros y extorsiones, que afectaban tanto a grandes mineras internacionales como a pequeños comerciantes.
Las autodefensas avanzaron hasta tomar el control de una veintena de municipios y llegaron a un acuerdo con el gobierno para cooperar, pero siguen exigiendo el desmantelamiento de la cúpula de los Templarios.
En declaraciones a la AFP, Estanislao Beltrán, uno de los tres voceros reconocidos de las autodefensas, se felicitó por la muerte de Moreno, pero no avanzó si facilitará un desarme de su movimiento.
Además de la muerte de «El Chayo», otros dos cabecillas han sido detenidos de los siete que estaban en la lista de las autodefensas.
Una «improvisación» del gobierno Calderón
El primer anuncio de la muerte de «El Chayo» ocurrió en uno de los momentos más cruentos de la ofensiva militar del expresidente Calderón contra los cárteles, durante la cual fueron asesinadas más de 70.000 personas.
Alejandro Poiré, quien se desempeñaba en ese entonces como secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, alegó este domingo que dio por muerto a Moreno basándose en «los elementos informativos al alcance», y reconoció que éstos «no fueron lo suficientemente precisos».
«El anuncio de este domingo pone en evidencia la improvisación de la estrategia de Calderón. Fue una imprudencia», comentó a la AFP Javier Oliva, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Una de las «pruebas» del gobierno de Calderón eran conversaciones telefónicas interceptadas a presuntos integrantes de La Familia que daban cuenta de la muerte de su líder en los combates, de acuerdo con un reciente artículo del periodista Carlos Loret de Mola.
«Los delincuentes son listos, seguramente sabían que les grababan», dijo Oliva.
En los últimos tres años, Moreno se habría ocultado en montañas y pueblos de Michoacán, donde fue creciendo un culto hacia su persona con altares y figuras en honor a «San Nazario» en los que se le veía con una espada, túnica y cruz roja en el pecho características de los Templarios.