El Salvador
martes 24 de diciembre de 2024

Mexicano antes de ser ejecutado pide a jóvenes escuchar a sus padres

por Redacción


Al ser consultado si quería pronunciar algunas palabras antes de la ejecución, Hernández dijo que lamentaba lo que había hecho y pidió a los jóvenes que escuchen a sus padres y se dediquen a estudiar.

WASHINGTON, 10 abril 2014. El mexicano Ramiro Hernández, de 44 años, fue ejecutado este miércoles con una inyección letal en una prisión del estado de Texas (centro-sur de EEUU), informó una fuente de la Autoridad Penitenciaria.

Hernández, quien había sido condenado a la pena capital en 2000 por asesinato, fue declarado muerto a las 18H28 hora local (23H28 GMT), a pesar del pedido de diversas entidades humanitarias de una suspensión de la ejecución.

Al ser consultado si quería pronunciar algunas palabras antes de la ejecución, Hernández dijo que lamentaba lo que había hecho y pidió a los jóvenes que escuchen a sus padres y se dediquen a estudiar.

«Aprendan con sus errores. Tengan cuidado antes de firmar cualquier cosa con su nombre», aconsejó Hernández a los jóvenes.

«No siento dolor y no siento culpas. Todo lo que tengo es amor. El amor vencerá. Gracias, Dios, ahora voy hacia tí», añadió antes de recibir la inyección letal, de acuerdo a las autoridades penitenciarias de Texas.

Hernández es el cuarto mexicano ejecutado en Estados Unidos a pesar de una sentencia de la Corte Internacional de Justicia, que hace una década pidió la revisión de 51 casos por violación de los derechos consulares de los condenados.

México expresa condena por ejecución

La cancillería de México emitió una enérgica nota de protesta en que expresó su «condena» por la ejecución de su connacional, a pesar de los insistentes llamados de organismos judiciales y humanitarios por la suspensión de la sentencia.

«El gobierno de México insta de nuevo a Estados Unidos a adoptar acciones efectivas que impidan que el estado de Texas, o cualquier otro, lleve a cabo la ejecución de cualquier nacional mexicano en desacato del fallo Avena y en incumplimiento de sus obligaciones internacionales», apuntó la nota.

Hernández había ingresado clandestinamente a Estados Unidos y en 1997 fue empleado por un profesor de historia, Glen Linch, para realizar reformas en su casa.

Pocas semanas más tarde, sin embargo, Hernández asesinó brutalmente a Linch y luego violó varias veces a su esposa. Ya después de condenado, hirió mortalmente a una guardia penitenciaria.

Sin embargo, el caso de Hernández era uno de los 51 que la Corte Internacional de Justicia pidió a Estados Unidos que someta a revisión, ante evidencias de que sus derechos consulares fueron violados de acuerdo a los principios de la Convención de Viena.

La Convención de 1963, ratificada por 175 países incluido Estados Unidos, prevé que todo extranjero debe recibir asistencia de sus representantes consulares tras ser informado de sus derechos.

Repercusiones en relaciones con México

Se trata de un caso similar al del también mexicano Edgar Tamayo Arias, ejecutado el 23 de enero en Texas en medio a tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y México.

En el caso de Tamayo, el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, llegó a enviar una carta al gobernador de Texas para pedirle una suspensión de la ejecución, recordándole las obligaciones internacionales de Estados Unidos en relación a la Convención de Viena.

La decisión del gobierno de Texas de desconocer los compromisos internacionales firmados por Washington en relación con la Convención de Viena y el Caso Avena ya motivó reacciones diplomáticas.

La representación de México ante la Organización de Estados Americanos (OEA) abrió en enero un debate sobre el tema, para que los países miembro del grupo que contemplan la pena capital, a que «consideren su abolición o bien decreten una moratoria» sobre su aplicación.