Una máquina expendedora de gaseosas defectuosa causó el accidente laboral en el que murieron electrocutados dos empleados de limpieza de la cadena estadounidense de comida rápida McDonald’s en Lima, aseguró la noche del sábado el director de la firma que opera la franquicia en Perú.
La declaración se produjo una semana después del fatal suceso, ocurrido el 15 de diciembre, y cuando más de una veintena de personas protestaban frente a un local emblemático de McDonald’s en el distrito turístico de Miraflores reclamando justicia y mejores condiciones laborales.
«Veinticuatro horas antes (del accidente) ya se sabía que la máquina presentaba problemas(…)», dijo al canal N de televisión el director general de Arcos Dorados, operadora de McDonald’s en Perú, José Carlos Andrade.
Desde que murieron los dos jóvenes, la cadena mantiene cerrados sus 29 locales en todo el país, mientras la policía y la fiscalía investigan las causas que provocaron las muertes.
Los dos trabajadores, un muchacho y una muchacha de 18 años, fallecieron la madrugada del domingo cuando aseaban la cocina de un local de Mc Donald’s, en el distrito limeño de Pueblo Libre.
«Lo cierto e innegable es que esto sucedió en el desempeño de un trabajo y eso hace responsable a la empresa, y la empresa asume esa responsabilidad», agregó Claudio Cajina, abogado de la firma al canal N.
Según el abogado, «se trata de un accidente de trabajo, se incumplió un protocolo de seguridad».
La firma admitió que la máquina de gaseosas no se debió utilizar para seguir vendiendo bebidas.
La muerte de los jóvenes impulsó al presidente peruano Martín Vizcarra a anunciar un proyecto de ley para reforzar la seguridad laboral.
«No podemos permitir que ocurran este tipo de accidentes y que no pase nada, y que al final todo se traduzca en una multa», dijo Vizcarra, antes de anunciar que presentará propuestas para evitar estas situaciones.
Según el presidente, el Estado debe hacer un esfuerzo para «corregir las normas y estar más de lado del ciudadano, del trabajador, más aún de un trabajador joven y efectuar un mayor control a las empresas».
La protesta pacífica del sábado es la segunda que se realiza en una semana. Los manifestantes portaban carteles denunciando «abuso laboral» en los locales de la cadena y fotos de sus colegas fallecidos.
Las víctimas son Carlos Campos y Alexandra Porras, quienes habían terminado recientemente la secundaria y trabajaban en el turno nocturno desde hacía seis meses en el local de comida rápida del distrito de Pueblo Libre.
La policía había declarado el lunes que la muchacha sufrió la descarga eléctrica cuando manipulaba una máquina de gaseosas. Su compañero intentó ayudarla, pero también fue alcanzado por la descarga.
La municipalidad de Pueblo Libre, un distrito de clase media de la zona norte de la capital peruana, clausuró el local por considerar que incumplía las normas de seguridad.