Barcelona será este sábado escenario de una nueva manifestación para pedir la libertad de los líderes independentistas catalanes encarcelados, que pondrá a prueba la capacidad de movilización de un movimiento que se reorganiza tras el fracaso de la proclamación de secesión.
«Tenemos, aunque algunos estemos lejos y otros en la cárcel, una cita para expresar con un clamor unitario, con un clamor alto y claro, que queremos libertad y queremos democracia, que queremos en casa a todos los que están en la cárcel o fuera», dijo el presidente catalán destituido Carles Puigdemont, que se encuentra en Bélgica reclamado por la justicia española.
En este mensaje, difundido por la televisión pública catalana TV3, Puigdemont animó a sus partidarios: «Nos hemos de volver a hacer escuchar, que todo el mundo escuche a estas voces plurales, que enviemos un mensaje muy nítido y muy claro».
Ese mensaje ha de ir dirigido, según Puigdemont, «al Estado español, (que) así no puede continuar; a la comunidad europea, (que) deje de mirar a otro lado».
«Os queremos escuchar, seguro que los que estamos en Bruselas o los que están en la prisión, escucharemos vuestro clamor», concluyó Puigdemont en su llamamiento.
Diez líderes independentistas están en prisión preventiva como sospechosos de sedición y rebelión, ocho de ellos miembros del gobierno catalán que encabezaba este experiodista de 54 años al que acompañan en Bélgica otros cuatro consejeros, reclamados todos para declarar por los mismos hechos.
La manifestación empieza a las 17H00 (16H00 GMT) bajo el lema «libertad presos políticos» y estará encabezada por familiares de los líderes independentistas en prisión. Discurrirá a lo largo de cuatro manzanas por la calle Marina, próxima al parque de la Ciudadela.
Inicialmente prevista para el 12 de noviembre, se adelantó al 11 para que tenga ecos de las grandes manifestaciones del 11 de septiembre, la fiesta nacional de Cataluña.
El acto fue convocado por las organizaciones Omnium y Asamblea Nacional Catalana, cuyos líderes, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, están también en la cárcel por dirigir manifestaciones ante dependencias del gobierno catalán cuando los registraba la policía española buscando pruebas del referéndum inconstitucional del 1 de octubre.
– Recuperar el impulso –
Se ignora si asistirá a la marcha la presidenta del parlamento catalán, Carme Forcadell, una independentista de peso que fue puesta en libertad bajo fianza esta semana tras comprometerse a acatar la ley si se mantiene en política, tras años abogando por desafiarla en nombre de la voluntad de parte de los catalanes.
Según el auto del juez, ella y los diputados encausados por la proclamación de independencia del 27 de octubre «han manifestado que, o bien renuncian a la actividad política futura o, los que desean seguir ejerciéndola, lo harán renunciando a cualquier actuación fuera del marco constitucional».
Además, los encausados relativizaron la proclamación de independencia.
El cambio de posición abre la puerta a que otros independentistas encarcelados hagan lo mismo.
Según el diputado Joan Josep Nuet, encausado junto a Forcadell, el juez enseñó «un determinado camino para desescalar judicialmente lo que está pasando» que «hemos de saber leer».
Nuet, en declaraciones a la radio Rac1, negó que Forcadell hubiera cometido «traición». «No han traicionado absolutamente nada, mantiene sus ideales, son personas dignas y no se han arrodillado», concluyó.
La propia Forcadell escribió en Twitter, a su salida de la cárcel: «volvemos a casa. Con la conciencia tranquila».
Todo ello ocurre con las elecciones regionales del 21 de diciembre en el horizonte, convocadas por el gobierno central de Mariano Rajoy tras cesar al ejecutivo catalán y disolver la cámara regional usando los poderes que le confiere el artículo 155 de la Constitución.
La intervención del gobierno central y los comicios están provocando una reorganización de la estrategia del independentismo. Los intentos de Puigdemont de crear un frente electoral independentista fueron por el momento en vano.
Sus hasta ahora socios de gobierno, ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) aparecen como favoritos para ganar las elecciones, según los sondeos, aunque sin una mayoría absoluta que les obligará a buscar pactos y que podría dar pie a una reorganización de la política catalana, monopolizada en los últimos años por el debate sobre la independencia.
El fin de semana político estará marcado también por la visita de Rajoy el domingo a Barcelona, para participar en un acto de campaña de su Partido Popular.