Once helicópteros, seis aviones y 2.000 efectivos militares y de Carabineros seguían luchando este lunes para controlar los focos del peor incendio registrado en la historia del puerto chileno de Valparaíso, que acabó con la vida de 12 personas.
Pese a los fuertes vientos que se registraban en la zona, las autoridades esperaban lograr controlar el fuego en las próximas 48 a 72 horas para luego poder iniciar la evaluación de los daños y las tareas de reconstrucción.
Según el último balance oficial, el incendio arrasó 850 hectáreas, destruyó por completo 2.000 viviendas, en tanto dejó 8.000 damnificados y 10.000 evacuados, la mayoría de los cuales acudieron a casas de familiares, en tanto unos 1.200 dormían por segunda noche en los ocho albergues habilitados.
El fuego, que se inició el sábado por la tarde, fue reavivado por el viento el domingo en los cerros Jiménez, Mariposas y Santa Elena Rocuant, pero sobre todo en Ramaditas, donde hay mucha vegetación y construcciones de material ligero e inflamable.
Las llamas afectaron a los cerros donde viven los sectores más pobres, con casas de madera y lata que se encaraman en las pendientes, a veces sin permisos de construcción.
La zona del puerto de Valparaíso, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003, se mantenía a salvo del fuego.
– Perder todo –
Muchas personas perdieron todas sus pertenencias, sus posesiones materiales y sus recuerdos en el incendio que se propagó rápidamente debido a las altas temperaturas y el viento, pero también gracias a los materiales de construcción baratos, la presencia de basura en los aledaños de la zona de La Pólvora, en la parte más alta de los cerros, donde se inició el fuego.
Algunos de los pobladores se resistieron durante la noche a abandonar sus hogares, ante el temor de perder todas sus posesiones por el fuego o a manos de ladrones que aprovechan el caos.
En el popular cerro Mariposa, podía observarse al caer la noche a los pobladores cuyas casas aún se encontraban en pie, cargando los autos ante la posibilidad de que el fuego se reavivara y tuvieran que evacuar en la madrugada.
La policía y equipos de emergencia resguardaban las calles ante posibles robos.
«Yo no dejo lo poco que tengo. Son 15 años de esfuerzo y hasta que no vea mi casa en el piso no me voy. Mi esposa y mis cuatro hijos están en el albergue», explicó a la AFP Arturo Gómez, habitante del cerro de Mariposa, uno de los más afectados por el incendio.
– Apoyo psicológico –
Además de las tareas de reconstrucción del lugar, La ministra de Sanidad, Helia MOlina, afirmó que habrá que dar apoyo psicológico a los afectados.
«Estamos impactados por la magnitud del incendio, del desastre, la cantidad de familias afectadas o hacinadas. Tenemos claro que esto se inicia y vamos a tener que estar acompañando durante un tiempo en cuestiones de salud a la población que está en albergues, a los niños y los adultos que presentan situaciones de estrés y angustia», afirmó Molina.
«Estamos trabajando con equipos psicosociales que se hagan cargo de paliar y mitigar con metodologías adecuadas lo que significa para una familia perder todo lo que tenía, porque en este caso se pierde todo, las pertenencias, los afectos, los recuerdos, las fotografías, es un duelo que va más allá de la pérdida de la casa y eso tiene un impacto en la salud mental y física también», explicó.
La comuna de Valparaíso se mantiene en situación de catástrofe, tras el estado de excepción decretado por la presidenta Michelle Bachelet para que las Fuerzas Armadas tomen el control de la seguridad y resguarden a los damnificados.
El incendio suma un nuevo desafío para Bachelet, quien a un mes de asumir la presidencia con un ambicioso programa de reformas estructurales, deberá reordenar sus prioridades. Además del incendio, hace dos semanas el norte de Chile se vio afectado por un fuerte sismo de 8,2 grados de magnitud.
La mandataria mantendrá a primera hora del lunes una reunión con ministros sectoriales para tomar medidas ante la catástrofe.
Bachelet anunció la suspensión de una visita a Argentina prevista para el martes, en lo que constituía su primer viaje al extranjero tras asumir su segundo mandato el pasado 11 de marzo.