Los animales tuvieron que competir con los parásitos poco tiempo después de producirse la llamada explosión Cámbrica, hace alrededor de 541 millones de años, según revela un estudio divulgado este martes por la revista Nature.
En un estudio realizado por científicos chinos se observa que los antiguos braquiópodos estaban parasitados por un organismo que probablemente se desviaba a sí mismo alimentos procedentes de estos pequeños animales invertebrados marinos similares a las almejas, que poseen tentáculos con funciones alimentarias.
Los hallazgos presentados son relevantes pues representan la más antigua relación conocida hasta la fecha en los archivos fósiles entre un parásito y su anfitrión.
Según apunta el estudio, actualmente existen aproximadamente unas 450 especies de braquiópodos vivos, si bien unas 12.000 especies son conocidas gracias a los registros fósiles.
Expertos chinos de la Universidad de Northwest, liderados por Zhifeo Zhang, analizaron una población de fósiles del braquiópodo Cámbrico «Neobolus Wulonggingensis», descubierto en la localidad de Yunnan (China), de hace unos 512 millones de años.
Durante sus experimentos, observaron que muchos de esos braquiópodos se encontraban incrustados en un organismo en forma de tubo en la parte exterior de sus conchas y que estos eran significativamente más pequeños.
Los científicos sugirieron que ese organismo era un parásito que extraía el alimento de su «huésped» (un fenómeno conocido como cleptoparasitismo).