El estadounidense condado de Los Ángeles declaró este miércoles una emergencia de salud tras la confirmación de seis nuevos casos de coronavirus en la zona, lo que eleva el número de afectados a siete.
La declaración permite que el condado solicite ayuda al estado si los recursos locales se agotan en los esfuerzos por contener la propagación del COVID-19, aclararon los funcionarios en una conferencia de prensa.
La directora de Salud Pública del condado de Los Ángeles, Barbara Ferrer, explicó que los nuevos casos están vinculados a viajes a lugares donde se han registrado brotes del virus o el contacto cercano con un paciente confirmado del COVID-19.
Ferrer advirtió que el público debe estar preparado para posibles cierres de escuelas o cancelación de eventos masivos.
Uno de los casos del condado fue confirmado el martes por la noche por la organización médica Kaiser Permanente, que está supervisando la atención del paciente, actualmente en aislamiento y que es tratado como paciente ambulatorio, dijo un portavoz de la entidad.
La supervisora del condado, Hilda Solis, alentó a la comunidad a no entrar en pánico y seguir las instrucciones de precaución, así como evitar los actos de racismo contra las comunidades asiáticas, las más afectadas por este virus a nivel mundial.
«Se ha difundido demasiada información errónea. Como esperábamos, está cultivando temores y está llevando a perfiles raciales «, dijo Solís.
El condado de Los Ángeles aumentará su capacidad para analizar el virus en su laboratorio local de salud pública.
«Tenemos que estar preparados. Tenemos que proteger el bienestar de nuestros seres queridos y nuestros vecinos, tomen todas las precauciones posibles», dijo el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti.
Este miércoles, las autoridades de Nueva York anunciaron este cuatro nuevos casos confirmados de coronavirus, todos ellos vinculados a un hombre que había sido diagnosticado un día antes, lo que eleva a seis el total registrado en el estado.
En total, en Estados Unidos ha habido más de 125 pacientes con COVID-19, de los cuales 9 fallecieron como consecuencia de la enfermedad, todos ellos en el estado de Washington.