El partido Republicano descendía este jueves un nuevo peldaño en una crisis sin precedentes ante el resistido liderazgo del multimillonario Donald Trump para las elecciones de noviembre, apenas horas antes de un nuevo debate entre los aspirantes a la Casa Blanca.
En medio de la situación caótica en que se encuentra el partido, el ex candidato presidencial Mitt Romney formuló un dramático llamado a los electores conservadores a ignorar la campaña de Trump, a quien definió como «falso» y «un fraude».
De lo alto del prestigio que aún goza dentro del Partido Republicano, Romney dijo que una candidatura del magnate inmobiliario en las elecciones presidenciales conducirá necesariamente a una catástrofe electoral, y pidió que los electores opten por los otros aspirantes aún en carrera.
Romney, perdedor ante Barack Obama en las elecciones de 2012, cuestionó la integridad moral de Trump al afirmar que representa «el mismo tipo de odio que condujo a otras naciones hacia el abismo», y añadió que el candidato del bando conservador debería ser uno de los otros aspirantes: los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, o el gobernador de Ohio, John Kasich.
En respuesta, Trump aseguró durante un discurso en Maine (noreste) que Romney tenía expresado la intención de disputar la campaña este año pero que se «acobardó» precisamente porque el millonario estaba en carrera.
De acuerdo con Trump, Romney es «un irrelevante» porque también se «acobardó» en la elección de 2012, cuando ya había conducido «una de las peores campañas en la historia de la política moderna».
De las 15 elecciones internas que los Republicanos ya realizaron este año, Trump se impuso en 10 de ellas, y ya tiene en sus manos casi la mitad de los delegados necesarios para garantizar la nominación presidencial en la convención nacional republicana, prevista para julio.
– Todos contra Trump –
Poco antes del discurso de Romney, Trump se había quejado amargamente ante la red de TV MSNBC por la forma en que el Partido Republicano lo está tratando, y cautelosamente aludió a la posibilidad de lanzar su candidatura de forma independiente.
«Firmé con el comité republicano una carta de compromiso, pero no estoy siendo tratado correctamente. Traje millones de personas al partido y lo van a descartar. Si participo como independiente o no, esas personas aún van a votar», dijo.
En tanto, los mayores referentes y dirigentes del partido Republicano ya no esconden de nadie el estado de pánico ante una candidatura de Trump y la ausencia de un contendor viable que represente al electorado conservador.
«¡Bien dicho!», expresó Kasich en apoyo a Romney en la red Twitter, donde el senador conservador John McCain señaló que comparte «las preocupaciones» manifestadas por el ex candidato este jueves.
Por lo menos tres de los mayores estrategas del partido Republicano -Karl Rove, Alex Castellanos y Gail Gitcho- ya alertaron a la dirigencia partidaria de los riesgos que la candidatura de Trump representa, no sólo en términos de una división interna sino también de cara a las elecciones de noviembre.
En un discurso la semana pasada ante gobernadores republicanos, Rove no anduvo con rodeos y alertó que una candidatura de Trump sería «catastrófica» para el partido. Castellanos dijo el miércoles al diario Washington Post que ya era «demasiado tarde» para tratar de contener a Trump.
– Debate en tiempo de crisis –
Es en este escenario de guerra interna a cara descubierta que los aspirantes presidenciales Republicanos trabarán un nuevo debate, con la ausencia del ex neurocirujano Ben Carson, quien el miércoles adelantó que prepara su salida de la campaña.
El último de los debates republicanos fue un espectáculo de agresiones, burlas y acusaciones entre Trump, Cruz y Rubio, y el de este jueves en Detroit (Michigan, norte) podría repetir la receta a raíz de los resultados obtenidos en la jornada del ‘supermartes’, que consolidaron la marcha triunfal del millonario.
Pero aún sin Trump en la ecuación, la coyuntura se mantiene crítica para los republicanos ante los urgentes llamados de Cruz y Rubio a unir fuerzas contra el polémico multimillonario.
El senador Cruz, un referente del Tea Party, ala más a la derecha del Partido Republicano, es considerado también un enemigo jurado de la dirección partidaria por su negativa a seguir las orientaciones de las bancadas.
En las últimas primarias republicanas, Cruz ganó en cuatro estados, y por eso el martes hizo un llamado a los otros aspirantes del partido a que arrojen la toalla para alinear fuerzas de forma de derrotar a Trump.
Ese mismo martes, sin embargo, Rubio también ganó en un estado, y respondió que coincidía en la necesidad de alinear fuerzas aunque era Cruz quien debía arrojar la esponja.