El Salvador
miércoles 27 de noviembre de 2024
Mundo

La dramática búsqueda en morgue y hospitales tras la tragedia en La Meca

por Redacción


El balance aumentó este sábado a 769 muertos y 934 heridos, entre los cerca de dos millones de personas procedentes de todo el mundo que acudieron en peregrinación.

«¡No los podemos encontrar!», se lamentan familiares o amigos en los hospitales y la morgue, tres días después de la estampida mortal durante la peregrinación a La Meca.

Muchas víctimas mortales aún quedan por identificar tras la estampida del jueves en Mina, cerca de la ciudad santa saudí de La Meca, cuando se llevaba a cabo el ritual de lanzamiento de piedras a tres estelas que simbolizan el diablo según la tradición musulmana.

El balance aumentó este sábado a 769 muertos y 934 heridos, entre los cerca de dos millones de personas procedentes de todo el mundo que acudieron en peregrinación.

Muchas familias tienen la terrible tarea de averiguar por sí mismos si sus seres queridos están vivos o muertos.

«Dicen que no lo tienen registrado» afirma un desolado peregrino egipcio, en la recepción del Hospital de urgencias de Mina, que dice llamarse Abdulá y busca a un compañero de peregrinación de 36 años.

«He recorrido los hospitales y no lo he podido encontrar. Me han dicho que vaya a la morgue» relata Abdulá.

Otro hombre, Tarek, va de habitación en habitación en el hospital de Mina buscando a la esposa de un peregrino amigo.

«Su marido está en un campamento, y no puede buscarla ya que está en estado de total conmoción. Lo estamos ayudando» afirma este egipcio, que va en vano de la sala de medicina interna a la de cirugía.

Subiendo y bajando de forma incesante las escaleras del hospital, Mohamed Bilal, también egipcio, busca igualmente en vano a la madre de un amigo, de 60 años, cuyo teléfono no responde desde que se produjera el desastre.

«La primera cosa que hicimos es ir a ver entre los muertos en Muaisem, pero no hallamos nada» cuenta, refiriéndose a la zona cercana a Mina donde se halla la morgue. «Entonces, hemos empezado a recorrer los hospitales», añade.

Mostrando fotos 

En su recorrido por los hospitales, Bilal, de 35 años, muestra a los recepcionistas fotos de la mujer buscada, en su teléfono móvil.

«Tengo su nombre y su foto. He ido a la recepción. Dicen que ella no está aquí. Luego he subido para ver si está en la unidad de cuidados intensivos o en otras habitaciones», relata.

En la recepción, una mujer saudí, que se halla junto a su marido, pregunta por su hermano de 43 años, desaparecido en la tragedia.

Ella y su marido han estado buscando en los hospitales, planta por planta, cuenta la mujer, que prefiere mantener el anonimato.

«Hemos dado su nombre y su foto en todos los hospitales», explica. También a ellos los remitieron a la morgue de Muaisem . El hermano no estaba ahí. Pero la mujer cuenta que su marido rompió a llorar al ver el duro espectáculo.

«No hemos dormido o comido desde ayer, y vamos a pie de hospital en hospital», dice.

El gerente del hospital, Ayman al-Yamani, afirma que «las identidades de algunos que se hallan en cuidados intensivos siguen sin conocerse» pues muchos de ellos están bajo respiración asistida.

Países de todo el mundo siguen intentado elaborar una lista de víctimas entre sus ciudadanos. Así varios responsables consulares han acudido a Mina para intentar identificar a las víctimas.

Yamani asegura que el ministerio saudí de Salud ha puesto en marcha una línea telefónica de asistencia para ayudar a localizar a los desaparecidos, pero muchos familiares y amigos de éstos afirman que no sirve para gran cosa.

El gerente del hospital dice que traductores para seis idiomas distintos han sido incluidos en los servicios de recepción, pero pese a ello se observan serias dificultades para la comunicación entre los peregrinos y los empleados del centro hospitalario.