En un caso inusitado, la Policía encontró el cadáver de un hombre parecido al de un joven supuestamente desparecido y la familia, sin esperar las pruebas científicas para determinar la identidad del muerto, se llevó el cuerpo para darle “cristiana sepultura”.
Juan Ramón Alfonzo Penayo, de 20 años, apareció en su casa tres días después de su entierro. Cuando el joven regresó a su casa, en la localidad de Santa Teresa (Uruguay) el pasado domingo, encontró un panorama sombrío, desolador. La familia estaba de luto, triste y acongojada.
De acuerdo con los informes policiales tras la declaración de Penayo, este se fue de su casa el jueves y estuvo durante cuatro días trabajando en fuera del país, en Brasil. La Policía encontró un cadáver y no pudo determinar la identidad de la víctima y la familia del joven acabó haciéndose cargo del cuerpo pensando que era el de Penayo.
Lo lloraron, velaron y lo enterraron.
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El cadáver fue exhumado por las autoridades y trasladado de nuevo a la morgue para realizarle los respectivos exámenes forenses a la espera de encontrar suidentificación.