La Conferencia Episcopal Peruana acusó en un comunicado el martes al premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, de «insultar y ofender» a los obispos católicos del Perú por estar en desacuerdo con la unión civil entre homosexuales.
«Insultar y ofender a quien respetuosamente manifiesta su propia opinión, en un país donde hay libertad de expresión, solamente porque no se está de acuerdo con sus ideas, no ennoblece a nadie», señala el texto difundido por el episcopado en sus cuentas de las redes sociales Twitter y Facebook.
En el comunicado los obispos católicos califican tácitamente de intolerante a Vargas Llosa, a quien descalifican porque «se arroga el derecho de guardián de la conciencia de los otros, asunto que supera su competencia».
«Dialogar con respeto es democracia verdadera; la intolerancia y el insulto fomentan la violencia de la que ya soportamos abundantes muestras», acota el comunicado de la jerarquía católica sobre Vargas Llosa.
Las iras episcopales se desataron a raíz del artículo «Salir de la barbarie», donde Vargas Llosa califica de «ignorantes y cavernarios» a los obispos que rechazan la unión civil gay apelando a «exabruptos homófobos» como asegurar que «la homosexualidad contraría el orden natural», según declaración de inicios de mes de los obispos.
Vargas Llosa enfiló además sus críticas contra el ultraconservador cardenal peruano y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, del Opus Dei, a quien señaló como responsable de encarnar «un oscurantismo agresivo», según el mismo artículo publicado el domingo pasado en el diario español El País y en Lima por el diario limeño La República.
El cruce de opiniones se produce en momentos que el Congreso del Perú se apresta a debatir en mayo un proyecto de ley a favor de la unión civil entre homosexuales, que busca reconocer derechos patrimoniales entre las parejas del mismo sexo y al que la iglesia se opone porque considera que atenta contra el matrimonio y la familia.
No es la primera vez que Vargas Llosa choca con la jerarquía católica y el cardenal Cipriani, a quien el premio Nobel no le perdona haber apoyado al expresidente Alberto Fujimori y sus tres gobiernos de tinte autoritario (1990-2000).
En 2010 cuando Vargas Llosa ganó el Nobel, el cardenal Cipriani aprovechó la ocasión para declarar públicamente que nunca había leído las obras del escritor porque no coincidían con los valores morales que él defiende en la iglesia católica.