Con un costo que puede superar los $2,000 dólares, los vanguardistas retretes japoneses comienzan a ser un distintivo del modernismo de la nación del sol naciente.
Cada vez con mayor cantidad de accesorios, los retretes japoneses son capaces de regular temperaturas, reproducir música para disimular ruidos incómodos y hasta arrojar chorros de agua para lavar pastes intimas del cuerpo.
A pesar de que estos inusuales retretes llevan varios años en el mercado japonés, una iniciativa del gobierno japonés desea promocionarlos a nivel mundial para atraer la atención del extranjero y que este mire hacia Japón.
Haruko Arimura, ministra de Activación de la mujer, planteó que dichos artefactos pueden ser utilizados para promocionar la cultura del país y ayudar a atraer el turismo con miras a la realización de los juegos olímpicos en Tokio en 2020.
Según Nariko Yamashita, del departamento de comunicaciones de Toto, uno de los principales fabricantes de estos inodoros, a principios de este año, las ventas de este artículo se elevaron considerablemente entre los turistas. Durante la celebración del año nuevo chino estos inodoros se posicionaron como favoritos en las listas de compras de turistas junto con las joyas y la leche para bebés.
«A los asiáticos les gusta mucho este tipo de retretes, es algo cultural», explicó Yamashita.
Actualmente los principales compradores de estos retretes japoneses son sus vecinos en Taiwán y China.
Pero aunque el principal foco de consumo y producción se encuentra en Japón (el país ha vendido cerca de 36 millones de unidades), la idea de desarrollar inodoros con accesorios tecnológicos provino de Suiza y los estados unidos en la década de los 60 y fue importada por las firmas japonesas que actualmente los comercializan, Toto y Lixil.
Pero a diferencia de los fabricantes occidentales, quienes pretendían que dichos artículos fueran utilizados en hospitales y para propósitos médicos, a los japoneses les pareció una opción viable ofrecerlos para un uso más cotidiano.
«La situación económica en Japón era favorable, especialmente con el incremento de casas nuevas a finales de los 80 y los 90, aunque entre los japoneses no existía el hábito de limpiarse con agua el trasero y utilizar un bidé», comentó Yamashita.
Los retretes tecnológicos están tan popularizados en Japón el Gobierno incluso los utiliza pare medir la prosperidad nacional. Miyuki Otomo, de Lixil, explicó que algunas restricciones legales dificultan su importación a otros países.
«En muchos países el retrete está en el mismo cuarto que la ducha o la bañera, y existen restricciones para añadir nuevas tomas de electricidad. En Japón generalmente están en habitaciones distintas, por lo que es más fácil incorporarlas», aseguró.
Se estima que más del 77% de los hogares japoneses cuenta con uno de estos retretes. Las empresas que los comercializan y el gobierno planean aprovechar su popularidad para desarrollar la industria nacional y promocionar el turismo y la cultura.