Los partidos políticos italianos debaten si se debe prorrogar el estado de emergencia debido al aumento de los contagios de coronavirus de los últimos tiempos, a tres semanas de que expire el actual y el Gobierno tenga que decidir si prescinde de ello.
El actual estado de emergencia acaba el 31 de diciembre y el Gobierno de Mario Draghi debe decidir antes si lo prorroga de nuevo, por cuarta vez desde que se decretara el 31 de enero de 2020, tres semanas antes de que surgieran los primeros casos locales.
La cuestión de fondo es que la ley que regula este instrumento jurídico, que facilita la toma de decisiones en medio de una crisis, solo permite su vigencia durante un máximo de 24 meses.
Ante esta particularidad, el Gobierno baraja que podría prorrogarlo por un mes más, hasta el 31 de enero de 2022; renunciar a ello y reorganizar y delegar parte de la gestión de la pandemia y de la campaña de vacunación, o modificar la ley que lo regula.
Los partidos que desde febrero forman parte de la coalición de «unidad nacional» presidida por Draghi se inclinan por una prórroga, debido al aumento de los casos constatado en los últimos tiempos -casi 20,000 en el último día- y la variante ómicron.
Giuseppe Conte, el líder del Movimiento 5 Estrellas, el principal partido del Parlamento, se entrevistó hoy con Draghi y a su salida de la reunión defendió la necesidad de «actuar para prorrogarlo» ante «una variante que parece muy contagiosa».
Precisamente él era primer ministro cuando estalló la crisis e impuso el primer estado de emergencia, suscitando no pocas críticas de la oposición porque este instrumento le permitía legislar sin pasar por el Parlamento.
También el secretario del Partido Demócrata, Enrico Letta, opinó que el Gobierno debe conservar el estado de emergencia: «Debemos mantener una situación que nos permita evitar un nuevo confinamiento y pasar el resto del invierno con más serenidad», declaró en un acto en el Senado.
Mayores dudas tiene otro miembro importante de la coalición, el jefe de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que ha abogado por esperar a ver los últimos datos a final de año antes de decidir.
La única oposición a Draghi, la ultraderechista Giorgia Meloni -cuyo partido, Hermanos de Italia, está al alza en las encuestas-, cree que las últimas restricciones, como el certificado sanitario solo para vacunados y curados y obligatorio para la vida social- deberían permitir un nuevo estado de emergencia.
El científico asesor del Ministerio de Sanidad, Walter Ricciardi, ha pedido también que se alargue: «El invierno será durísimo y habrá que tomar decisiones para contener el virus», apunta en una entrevista publicada hoy por el diario «La Stampa».