Interpol descartó este martes un «ataque terrorista» en el vuelo de Malaysia Airlines desaparecido el sábado con 239 personas a bordo y del que aún no se han hallado rastros.
«Cuantas más informaciones tenemos, más nos inclinamos por concluir que no se trata de un incidente terrorista», declaró el secretario general de Interpol, Ronald K. Noble.
En referencia a la presencia a bordo del avión de dos personas que viajaban con pasaportes europeos falsos, Noble precisó que «se trata de un tráfico de seres humanos».
«Estamos cada vez más seguros de que estos individuos no son terroristas», afirmó.
Los dos pasajeros que viajaban con pasaportes robados, austríaco e italiano, son dos iraníes que volaron de Doha a Kuala Lumpur con sus pasaportes iraníes, señaló.
Interpol dio dos nombres «que figuraban en los pasaportes iraníes», sin la certeza de que correspondan a esos dos pasajeros. Se trata de Puri Nur Mohamad, de 19 años, y Delavar Seyed Mohamad Reza, de 30.
La policía sueca indicó el martes a la AFP que uno de los pasajeros embarcados con pasaporte falso se dirigía a Suecia para pedir asilo. El diario Aftonbladet lo identifica como Delavar Seyedmohammaderza, un iraní de 29 años.
El otro pasajero con falsa identidad sería Puria Nur Mohammad Mehrdad, iraní de 19 años, que tendría como objetivo llegar a Alemania, según el rotativo sueco.
La policía malasia había identificado a uno de los dos sospechosos de viajar con pasaporte falso como un iraní de 19 años, que «trataba de emigrar a Alemania».
«Realmente no pensamos que sea miembro de un grupo terrorista», dijo el jefe de la policía malasia, Khalid Abu Bakar.
Por su parte, la policía tailandesa indicó que otro iraní, el «señor Ali», organizó la compra de los billetes de los dos hombres por la intermediación de una agencia de viajes de la ciudad costera de Pattaya, al sur de Bangkok.
Ali formaría parte de «una red de traficantes de seres humanos», que enviaban a ciudadanos de Oriente Medio a «trabajar a terceros países, en especial, en Europa», precisó a la AFP el jefe de la policía de Tailandia, Panya Maman.
Pekín también considera que el destino final de los dos pasajeros sospechosos era Europa.
Tras conocerse estas identificaciones, Irán anunció que colaboraría con Malasia y mostró su «gran preocupación» sobre el uso de falsos pasaportes y sobre la inmigración ilegal.
Satélites de alta resolución chinos
Pekín, destino final de este avión en el que volaban 153 chinos, desplegó diez satélites de alta resolución para ayudar a la navegación, observación meteorológica y comunicaciones en las labores de búsqueda en la que participan nueve países.
El Boeing 777 desapareció de los radares la madrugada del sábado en algún lugar entre Malasia y Vietnam, una hora después de su despegue desde Kuala Lumpur.
Las labores de búsqueda se ampliaron el lunes en el Mar de China Meridional entre 90 km y 180 km alrededor del lugar donde la torre de control perdió el contacto con la aeronave.
Desde el sábado, los equipos de búsqueda indicaron el descubrimiento en el mar de posibles restos del avión, si bien las verificaciones posteriores invalidaron siempre estos hallazgos.
Vietnam anunció el martes que extendía sus operaciones «hacia el este y el noreste» y pidió ayuda a los pescadores de la región.
El vuelo MH370 transportaba a 239 personas, entre ellas, dos menores de edad. Además de chinos, en el Boeing 777-200 viajaban malasios, indonesios, australianos, franceses, estadounidenses, canadienses, rusos y ucranianos.
Las familias de los pasajeros esperan nuevas noticias entre la esperanza y la resignación.
«A veces se producen milagros», indicó a la AFP Manoj Mukherjee desde India, donde espera noticias de su sobrino Muktesh, aunque teme una trágica repetición de la historia. El abuelo del desaparecido, un ex ministro, murió en un accidente de avión en Nueva Delhi en 1973.