El Salvador
martes 26 de noviembre de 2024

Incierta continuidad de Misión de la OEA contra la corrupción en Honduras

por Redacción


La Maccih llegó a Honduras entre el optimismo de muchos y el rechazo de sectores implicados en actos de corrupción

La continuidad de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), que depende de la Organización de Estados Americanos (OEA), sigue siendo incierta porque dependerá de la decisión del Parlamento, donde diputados salpicados por corruptela se oponen a que siga en el país.

La incertidumbre sobre la continuidad de la Maccih, que se instaló en Honduras en abril de 2016, ha surgido porque el ministro de la Presidencia, Ebal Díaz, dijo a finales de diciembre de 2019 que del nuevo convenio, que se estaría suscribiendo este mes, «va a salir algo más amplio y compresivo».

Una ampliación modificada del actual convenio, que en enero de 2016 firmaron en Washington por cuatro años el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, debe ser aprobada por el Parlamento de Tegucigalpa.

Pero resulta que la Maccih es como un azote para varios diputados hondureños, algunos de ellos del gobernante Partido Nacional, que han sido denunciados por supuestos actos de corrupción investigados por la Misión de la OEA con la Unidad Fiscal Especial Contra la Impunidad de la Corrupción (Ufecic), del Ministerio Público.

«El Compromiso de Lima Contra la Corrupción, las recomendaciones de la Mesicic (Mecanismo de Seguimiento de la Convención Interamericana contra la Corrupción) y los informes de evaluación de lo logrado hasta ahora, son insumos importantes para un nuevo instrumento que nos permita como país seguir avanzando por la transparencia con el apoyo de la OEA», dijo Díaz el 27 de diciembre.

Ese día, la OEA y el Gobierno de Honduras, en una reunión en la que también participó el canciller hondureño, Lisandro Rosales, comenzaron en Washington los diálogos formales sobre la segunda etapa de la Maccih, cuyo mandato está por expirar.

Debilitamiento de la Maccih

Organizaciones de la sociedad civil, entre ellas universidades, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y la Coalición por la Renovación de la Maccih, le han pedido a las misiones de la OEA y el Gobierno de Honduras que renueven de manera «inmediata y sin cambios» el convenio del mecanismo anticorrupción.

Una petición en esa misma línea han hecho la Unión Europea, EE.UU. y otros países cooperantes que financian a la Misión.

La petición obedece al criterio casi generalizado que hay en el país, en el sentido de que si se modifica el actual convenio con la Maccih, sus acciones contra los corruptos se verán mermadas.

La exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) Julieta Castellanos dijo a EFE en Tegucigalpa que valora como necesario la continuidad de la Maccih, porque el Estado «no ha podido someter» a todos los corruptos «ante la justicia», y que «el hecho de que un organismo internacional investigue, se convierte en un elemento de mayor presencia para que la justicia pueda actuar».

Castellanos, socióloga e investigadora, considera que «no hay buen ambiente» en el Parlamento hondureño para la Maccih, desde que una misión de diputados, en un reciente informe que hicieron, «en cinco días, con una metodología muy precaria, muy limitada», le propuso al presidente Hernández que la Maccih no siga en el país.

«De ahí viene la duda. Si hay elementos nuevos en el convenio, eso va al Congreso Nacional y suponemos que el Ejecutivo ha cedido a la presión de su partido para que no haya una continuidad tal y como hoy está la Maccih en su convenio actual», indicó Castellanos.

Hasta ahora la Maccih ha trabajado a la par de la Ufecic en unos doce casos de investigación y persecución penal, en los que han sido implicados políticos, empresarios funcionarios del presente y otros gobiernos, aunque el de mayor repercusión es el conocido como «Caja chica de la dama», contra la ex primera dama Rosa Elena Bonilla (2010-2014), capturada y encarcelada el 28 de febrero de 2018 en Tegucigalpa por varios delitos de corrupción.

Bonilla, esposa del expresidente Porfirio Lobo, fue condenada el 4 de septiembre de 2019 a 58 años de cárcel, en un hecho sin precedentes en la justicia local, que en el pasado reciente ha sido salpicada por denuncias de corrupción de jueces y magistrados.

Lobo, al conocer la sentencia, reiteró que su esposa es inocente, calificó el hecho como un «linchamiento» y dijo que se trataba de una presea que Juan Orlando Hernández «le prometió» a Luis Almagro.

Una esperanza

La Maccih llegó a Honduras entre el optimismo de muchos y el rechazo de sectores implicados en actos de corrupción, flagelo que, según diversas fuentes, entre ellas la iglesia católica, es el causante, en gran medida, de la pobreza que sufre el país.

Julieta Castellanos considera que a la Maccih no se le debe valorar por el número de casos que ha denunciado e investigado, sino «por haber tenido la capacidad de identificar a actores políticos que, en redes, han estado manejando fondos que son del Estado de Honduras, que deben de ir a los beneficiarios directamente».

Algunos de esos actores han utilizado fondos del Estado «para campañas políticas o para enriquecerse de manera personal», indicó la ex rectora de la UNAH, quien además cree que la Maccih ha sido la oportunidad y esperanza de poder sentar ante la justicia a sujetos políticos y económicos que antes no era posible.

En Centroamérica, Honduras es el único país en el que no ha sido sentado ante los tribunales ningún ex presidente, como ha ocurrido en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá.

Según Castellanos, con la incursión del crimen organizado en la economía y la política de Honduras, se ha hecho «muy difícil llevar a estas élites a la justicia, y esa es la esperanza y la expectativa que se generó con la Maccih».

«Siento que la Maccih ha hecho un papel de acuerdo a circunstancias y a la conducción de una investigación que siempre es difícil», indico la ex rectora.

Para el primer vocero que tuvo la Maccih, Juan Jiménez, quien renunció al primer año de su gestión por marcadas diferencias con Almagro, detrás de un nuevo convenio para que la Misión continúe en Honduras, habría otro interés del secretario general de la OEA.

En un reciente mensaje en la red social Twitter, Jiménez indicó: «Pero quizás más que la renovación de la Maccih lo que se está negociando es el voto de Honduras para la elección del secretario general en la OEA el 20 de marzo y entre los pocos apoyos con que cuenta la reelección estaría Honduras. Ese es el problema».