Matthew, que se degradó a huracán categoría 1, continuaba este sábado su peligroso trayecto por la costa este de Estados Unidos, donde dejaba cinco muertos y amenazaba con graves inundaciones.
El meteoro dejó escenas de desolación y muerte a su paso por el Caribe, provocando estragos en Haití -donde impactó el jueves como huracán de categoría 4 en una escala de cinco, con vientos de más de 230 km/h- con saldo de 400 fallecidos y daños en viviendas y en campos de cultivo.
A las 13H00 GMT, Matthew ostentaba vientos de 140 km/h con rachas más fuertes y se desplazaba en dirección noreste a 19 km/h, acercándose a Carolina del Sur, en tanto se espera que en la noche llegue a Carolina del Norte, según el boletín del Centro Nacional de Huracanes (CNH).
El ciclón azotaba la costa austral de Carolina del Sur tras dejar más de un millón de personas sin energía eléctrica en Florida, donde su impacto fue menos violento que lo esperado debido a que el ojo del huracán no tocó tierra.
Matthew se ubicaba 32 km al sureste de la ciudad de Charleston, en Carolina del Sur.
La combinación del fuerte oleaje y la marea provocarán «inundaciones en zonas normalmente secas cerca de la costa», advirtió en CNH.
«Pese a que se espera que se siga debilitando en las próximas 48 horas, Matthew seguirá siendo huracán mientras esté frente a las costas de Carolina del Sur y Carolina del Norte», indicó el CNH, que advirtió del riesgo de «inundaciones mortales».
Las autoridades de Carolina del Sur ordenaron la evacuación de entre 300.000 y 500.000 personas de zonas de riesgo hacia refugios tierra adentro, aunque ello «no es suficiente», según la gobernadora Nikki Haley.
El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró estados de emergencia en Florida, Georgia y en las Carolinas.
Muertos
Las lluvias torrenciales y las rachas de viento provocaron la caída de árboles y el balanceo de edificios altos.
En su pasaje por Florida, Matthew dejó cinco muertos.
Una mujer murió al ser aplastada por la caída de un árbol en el condado de Volusia, y en el condado de Putnam falleció otra mujer en circunstancias similares cuando un árbol cayó sobre la caravana donde se había refugiado de la tormenta.
Otra mujer falleció por una crisis cardíaca y una pareja sucumbió a las emanaciones de monóxido de carbono procedentes de un generador en su garaje.
En St. Augustine -una ex colonia española que se considera a sí misma como la ciudad más antigua del país- la situación era «catastrófica» según informes, y las autoridades habían cerrado su acceso tanto a la población como a la prensa.
La alcaldesa Nancy Shaver dijo que tanto como la mitad de su población se había negado a evacuar.
Las órdenes de evacuación alcanzaron a unos 3 millones de residentes en el camino de Matthew, con ciudades como Jacksonville y Savannah, en Georgia.
Estas dos ciudades y Charleston ordenaron toques de queda para mantener a las personas fuera de las calles y evitar saqueos.
«Recen», instó el legislador republicano Buddy Carter, cuyo distrito incluye a la costa de Georgia, en una conferencia de prensa. «Recen para que esta tormenta se mantenga aguas adentro y no llegue para dañar a alguien».
Desolado Haití
Matthew sembró la desolación en Haití a principios de semana y dada la magnitud de los daños causados, será difícil lograr un recuento preciso de víctimas mortales.
Frente al balance proporcionado por el senador haitiano Hervé Fourcand, de 400 muertos, el órgano de protección civil del departamento del Sur informó de 315 fallecidos. Por su parte, el último balance oficial parcial del Ministerio del Interior haitiano daba cuenta de 271 muertos.
Toda la parte sur de Haití fue arrasada por torrentes de agua y azotada por violentos vientos. Las imágenes aéreas tomadas por periodistas que pudieron acceder en los dos últimos días a las ciudades más golpeadas del sur mostraban casas destruidas, techos de aluminio arrancados y árboles caídos.
Las desoladoras imágenes de la ciudad de Los Cayos recordaban a las escenas que dejó el violento terremoto de 2010, en el que murieron más de 200.000 personas.
«Vi la muerte cara a cara», aseguró Yolette Cazenor, una habitante de Los Cayos (sur), la tercera ciudad del país. Su casa se quebró por la mitad cuando le cayó un árbol encima.