Un hombre cayó muerto mientras caminaba este martes por un mercado del este de Managua lo que desató alarma entre comerciantes y clientes, quienes se mostraron temerosos de que estuviera infectado con COVID-19.
Los temores, fundados en la escasa y confusa información que brinda el Gobierno sobre la pandemia, se avivaron cuando un equipo de especialistas del Instituto de Medicina Legal llegó a recoger el cuerpo, cada uno vestido con trajes especiales de color blanco y cubiertos de pies a cabeza.
El hombre, de identidad desconocida, supuestamente había comentado que tenía fiebre antes de desplomarse, sin embargo esto no fue confirmado por los familiares ni por los especialistas, quienes se negaron a dar declaraciones.
La muerte ocurrió este mediodía en el mercado Roberto Huembes, el más frecuentado por los turistas extranjeros.
El fallecimiento del desconocido ocurre 20 días después de que el Gobierno de Nicaragua anunció el primer caso de COVID-19 en el país, y justo cuando los expertos creen que la curva de infestados debería empezar a elevarse, a pesar de que las autoridades niegan que el coronavirus SARS-coV-2 esté diseminado en territorio nicaragüense.
Casos sospechosos
El Observatorio Ciudadano COVID-19 informó este martes que en Nicaragua existen al menos 162 casos sospechosos de coronavirus, una cantidad superior a los 12 que reporta el Gobierno.
Según el Observatorio Ciudadano, dedicado a localizar casos de COVID-19 no reconocidos por las autoridades, además de los 12 casos sospechosos admitidos por el Gobierno, existen otros 144 que supuestamente ha ocultado desde el 14 de marzo, más seis que sí ha confirmado, de los cuales, uno falleció y tres se encuentran “delicados pero estables”.
El conteo paralelo de casos sospechosos en Nicaragua se da en medio de la desconfianza de médicos y científicos sobre los datos emitidos por la vicepresidenta Rosario Murillo, esposa del mandatario Daniel Ortega, de quien no se sabe nada desde el 12 de marzo pasado, antes de que la pandemia alcanzara el país centroamericano.
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Según el Gobierno, los seis casos de COVID-19 que se cuentan “son importados”, y “no existe transmisión comunitaria”, pese a que Cuba ya ha señalado que dos isleños fueron contagiados en Nicaragua.
De acuerdo con los miembros del Observatorio, quienes ven con preocupación cuando el Gobierno reporta muertes por “neumonía severa”, es imposible que el coronavirus no esté diseminado en el país, ya que el SARS-coV-2 no puede comportarse en Nicaragua de una manera diferente a la del resto del mundo.
La OPS, preocupada
Este martes, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne se mostró «preocupada» por la actitud del Gobierno nicaragüense, por lo que consideró es «una prevención y control de infecciones inadecuados».
La actitud del Gobierno ha llevado a los nicaragüenses a tomar sus propias medidas de prevención, en las que incluyen el distanciamiento social, cuarentenas voluntarias, higiene personal y solidaridad con quienes no pueden comprar alcohol en gel, mascarillas o alcohol líquido, cuyos precios se han disparado.
La confianza de una aparente mayoría de nicaragüenses en el Gobierno de Ortega desapareció en 2018, cuando cientos de personas fueron arrestadas, murieron o desaparecieron, y miles resultaron heridas, en ataques armados contra protestas antigubernamentales.