Luiz Inácio Lula da Silva, que este martes desistió de disputar la Presidencia en las elecciones del 7 de octubre tras haber sido inhabilitado por la Justicia, anunció en una carta escrita desde la prisión su apoyo incondicional a Fernando Haddad como el nuevo candidato del Partido de los Trabajadores (PT).
«Nosotros ya somos millones de Lulas y, de hoy en adelante, Fernando Haddad será Lula para millones de brasileños», aseguró el exmandatario en una misiva en la que pidió que sus seguidores apoyen ahora a su exministro de Educación y exalcalde de Sao Paulo.
La carta de Lula fue leída en Curitiba, la ciudad en donde Lula está preso desde abril cumpliendo una condena de 12 años por corrupción, en el acto en que el PT anunció su nueva fórmula, integrada por Haddad como candidato a presidente y por la exdiputada Manuela d’Avila, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), como candidata a vicepresidente.
«Quiero pedir, de corazón, a todos los que votarían en mí, que voten en el compañero Fernando Haddad para presidente de la República», aseguró el expresidente, quien también pidió el apoyo electoral para todos los candidatos del PT a Gobiernos regionales, Senado, Cámara de Diputados y legislativos regionales.
En la llamada Carta de Lula al pueblo brasileño, el ex jefe de Estado aseguró que los tribunales que le prohibieron ser candidato a presidente lo hicieron para prohibir al pueblo a votar libremente por el cambio.
Agregó que aceptó volver a ser candidato a la Presidencia tras recorrer las calles de Brasil y sentir la indignación de la población con un Gobierno que recurrió a un «golpe» para destituir a una presidenta legítima (Dilma Rousseff) y eliminar todos los éxitos sociales que se habían alcanzado en 13 años de gobierno del PT.
Aseguró que su condena por corrupción fue una «farsa judicial y una venganza política» para impedirle volver a la Presidencia.
«Hace más de cinco meses estoy preso injustamente. No cometí ningún crimen y fui condenado por la prensa mucho antes de ser juzgado. Continúo desafiando a jueces y fiscales a que presenten una única prueba en mi contra, pues no se puede condenar a nadie por crímenes que no practicó», dijo.
Lula afirmó que nunca hubiera desistido de su intención de disputar la Presidencia si los tribunales brasileños no le hubieran privado de todos sus derechos y si no hubiesen rechazado la decisión en la que el Comité de Derechos Humanos de la ONU indicó que no de le podían negar sus derechos políticos.
«Por acción, omisión y aplazamiento, el Judiciario brasileño privó al país de un proceso electoral con la presencia de todas las fuerzas políticas. Negaron el derecho del pueblo de votar libremente. Me prohibieron de hablarle al pueblo y de aparecer en televisión. Me censuraron como en la época de la dictadura», dijo.
El exmandatario aseguró que posiblemente no hubiese sufrido esa persecución si las encuestas de intención de voto no lo hubiesen presentado como el máximo favorito a vencer las elecciones, con hasta el 40 % del apoyo.
«Fue en esas circunstancias que tuve que tomar una decisión en un plazo que fue impuesto de forma arbitraria. Por eso le pedí al PT que sustituyera mi candidatura por la del compañero Fernando Haddad, que hasta ahora desempeñó con extrema lealtad la posición de candidato a vicepresidente», dijo.
En su carta, Lula presentó a Haddad, en la condición de su ministro de Educación, como el responsable por una de las más importantes transformaciones en Brasil, con la apertura de universidades para 4 millones de alumnos de escuelas públicas negros e indios.
Agregó que Haddad es el coordinador del plan de Gobierno diseñado por el PT para recuperar a Brasil.
«Sé que un día la verdadera justicia será hecha y será reconocida mi inocencia. Ese día le estaré ayudando a Haddad en el Gobierno de la esperanza», dijo.
La mayor formación de izquierda de América Latina y que gobernó Brasil por 13 años (2003-2016) esperó hasta el último momento para anunciar el cambio de candidato con la esperanza de poder revertir la decisión de la justicia electoral en otras instancias.
Sin embargo, ni el Tribunal Superior Electoral ni la Corte Suprema de Justicia llegaron a pronunciarse sobre los diferentes recursos que el PT presentó en la última semana para intentar habilitar a Lula como candidato.
Lula fue vetado de disputar las elecciones con base en una ley que él mismo sancionó y que impide expresamente que candidatos condenados en segunda instancia, como es su caso, puedan postular a un cargo electivo