Una campaña deslucida, que no logró entusiasmar a los votantes, llega a su fin este domingo cuando los guatemaltecos escojan a su futuro presidente entre el comediante derechista Jimmy Morales y la exprimera dama socialdemócrata Sandra Torres.
Los mitines y actos prsoletistas llegaron formalmente a su fin la tarde del viernes, pero poco cambió en la capital de Guatemala, donde es difícil encontrar señales de que el país está por escoger al gobierno que regirá sus destinos los próximos cuatro años, a partir del 14 de enero.
En algunas calles transitadas aparecen avisos de Morales, favorito en las encuestas para ganar la contienda, en los que promete «programas sociales con transparencia».
Los pocos anuncios de Torres recuerdan a los votantes que actúa «con hechos: escuelas abiertas» durante su gestión como primera dama (2008-12), cuando se ocupó de los programas sociales del gobierno de su exesposo Álvaro Colom.
«Está como cuando la campaña apenas está comenzando, la gente no se ha motivado», comentó a AFP Vinicio Ruiz, un vendedor ambulante en el centro de la capital.
Las elecciones de Guatemala estuvieron marcadas por el escándalo de corrupción que provocó la renuncia del presidente Otto Pérez el 2 de septiembre pasado, cuatro días antes de la primera ronda electoral.
La revelación del escándalo de cobro de sobornos para evadir impuestos aduaneros generó indignación en el país, y convirtió el combate a la corrupción en el tema central de la campaña.
Morales aseguró este sábado que, en caso de ser electo, pretende mantener a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un ente adscrito a la ONU que ayudó a la Fiscalía a destapar los últimos escándalos.
La comisión «nos va a ayudar a luchar contra la corrupción, que ha sido nuestra promesa principal» en la campaña, declaró en conferencia de prensa.
Torres, por su parte, llamó a la unidad de todo el país al cerrar su campaña en una comunidad marginal de la capital: «mi mensaje es para el pueblo, diciéndole que yo quiero gobernar haciendo un gobierno de unidad nacional para todos los guatemaltecos».
Los cierres de campaña convocaron a pocos adeptos, muchos de ellos llevados por los partidos en autobuses alquilados, lejos de las multitudes que lograron reunir los cierres de campaña de elecciones pasadas.