El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, hizo este martes un vehemente llamado a destruir los criaderos de mosquitos, al relanzar una campaña contra el transmisor del dengue y la chicunguña que han dejado más 14.000 enfermos en los últimos meses.
Rodeado de autoridades del ministerio de Salud y de vecinos, el mandatario hizo el relanzamiento de la campaña en la marginal colonia Suyapa, al este de la ciudad.
Hernández pidió a los medios de comunicación sumarse a la campaña «para evitar que esta enfermedad siga poniendo de rodillas al pueblo hondureño».
Según el ministerio de Salud, desde que fue detectada en octubre del 2014, la chicunguña ha dejado más de 8.000 enfermos, mientras que el dengue ha afectado en lo que va del año a cerca de 6.000 personas.
Ambas enfermedades son causadas por los mosquitos aedes aegypti y albopictus.
Hay que «explicar a la gente que (estas enfermedades) son un problema serio», no sólo para las personas sino también para la economía, subrayó Hernández, quien citó el caso de una empresa maquiladora en la cual el 40% de los empleados perdieron de trabajar un promedio de dos semanas.
Pero subrayó que el problema se puede resolver porque «si hay aguas estancadas nada cuesta agarrar un azadón y hacer una drenaje para que el agua se vaya».
Como parte de la campaña, personal del ministerio de Salud, las alcaldías, escolares y vecinos se sumarán a la destrucción de criaderos del mosquito en las comunidades, mientras que las autoridades sanitarias continuarán con fumigaciones de químicos.
Cinco personas murieron de dengue en Honduras en 2014 y, aunque la chicunguña no causa la muerte, las secuelas de dolores en articulaciones se prolongan hasta por dos años, según los expertos.