El gobierno y la oposición de Venezuela se reunirán este domingo a instancias del Vaticano para explorar un diálogo sobre la crisis política, en medio de tensiones, escepticismo y desconfianza y antes de marchas a la sede presidencial previstas para el jueves.
El hermetismo marcaba las horas previas al encuentro. Aunque la hora y el lugar no han sido anunciadas, fuentes consultadas por AFP aseguran que se realizará en la tarde en un hotel de Caracas.
Representantes de ambas partes confirmaron el sábado la cita con el acompañamiento del emisario del papa Francisco, Emil Paul Tscherrig, y una mediación internacional encabezada por el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente Nicolás Maduro confirmó que asistirá al encuentro y por ese motivo canceló su participación en la Cumbre Iberoamericana que se celebró el sábado en la ciudad colombiana de Cartagena.
Este domingo, el mandatario compartió en Twitter un video con fragmentos de un discurso que pronunció ante partidarios esta semana: «Voy a asistir a la mesa de diálogo nacional, porque yo quiero el diálogo por la paz del país. No le tengo miedo al diálogo, no le tengo miedo a la paz».
En tanto, la Iglesia católica llamó a «respetar el compromiso» de iniciar conversaciones este domingo y evitar así una «espiral de violencia que suma en un mayor sufrimiento» de los venezolanos.
«Es solo el camino del diálogo junto con el respeto a la Constitución y las leyes, y no el de la perenne confrontación, el que puede permitirnos encontrar alternativas de solución», señaló la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en un comunicado.
– Acusaciones mutuas –
Previo a la reunión, las partes cruzaron acusaciones por la convocatoria de la oposición a marchar el próximo jueves hacia el palacio presidencial de Miraflores.
El principal delegado de Maduro para el diálogo, Jorge Rodríguez, calificó ese llamado como una «locura» y reiteró acusaciones sobre supuestos planes para «generar violencia» y precipitar un golpe de Estado contra el gobernante socialista.
«Ojalá que la oposición entienda el nivel de locura de esa manifestación (…) ¿Durante cuánto tiempo la gente de oposición seguirá aceptando propuestas de violencia y zozobra», inquirió Rodríguez durante una entrevista con la televisora privada Televen.
A la convocatoria opositora, el chavismo respondió citando a sus partidarios en la casa de gobierno el mismo día. «Vamos a estar esperando», advirtió el sábado el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz.
Uno de los principales líderes de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el excandidato presidencial Henrique Capriles, rechazó las palabras del funcionario, al tildarlas como una incitación una «guerra en Miraflores».
«Tenemos (el) legítimo derecho de movilizarnos a cualquier dependencia pública a exigir (que) cumplan la Constitución», afirmó Capriles, quien el pasado miércoles lideró una marcha de cientos de miles de opositores en Caracas.
Las tensiones políticas arreciaron tras la suspensión del proceso de referendo revocatorio que la oposición impulsa contra Maduro, por fallos judiciales que anularon un recaudo de firmas necesario para activar la consulta.
A raíz de ello, el Parlamento de mayoría opositora denunció una ruptura del hilo constitucional y se dispone a declarar a Maduro en «abandono» del cargo por presunto incumplimiento de sus funciones.
Un juicio político no está previsto en la Constitución y, en todo caso, la justicia -según la MUD secuestrada por el gobierno- declaró en «desacato a la Asamblea Nacional, por lo que sus decisiones son consideradas ilegales.
Según una encuesta de la firma Hinterlaces divulgada este domingo, 83% de los venezolanos está de acuerdo con un diálogo para resolver la crisis y 87% apoya la mediación del papa Francisco.
Venezuela sufre una severa crisis económica agravada por la caída del ingreso petrolero, que se manifiesta en escasez de alimentos y medicinas y la inflación más alta del mundo, proyectada por el FMI en 475% para 2016. Esta situación minó la popularidad de Maduro.
– La agenda –
Sobre la medianoche del sábado, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, confirmó la asistencia de representantes de partidos políticos opositores al encuentro, aunque reconoció que existe un clima de «escepticismo y desconfianza».
«El temario es claro: Solución electoral (en alusión al referendo o un anticipo de elecciones), libertad de los presos políticos y retorno de los exiliados, atención a las víctimas de la crisis humanitaria y respeto a la Asamblea Nacional», expresó Torrealba en un comunicado.
«De esa reunión podrían salir importantes conclusiones que permitan ‘desescalar’ el conflicto», añadió.
La oposición insiste en su pedido de referendo revocatorio, aunque el oficialismo ha dejado claro que ello no está en negociación.