Francia será el único país del mundo en incluir el aborto en su Constitución después de que el Senado aprobó sin cambios el texto que la Asamblea Nacional votó el mes pasado.
Por un resultado de 267 votos a favor y 50 en contra, el Senado aprobó respaldar el texto que la Asamblea Nacional votó el 30 de enero pasado.
Diputados y senadores se reunirán el próximo lunes en el Palacio de Versalles en un Congreso conjunto para modificar la Carta Magna e incluir esta reforma constitucional, para lo que necesita tres quintos de los parlamentarios.
“Hemos escrito una página de la historia de los derechos de la mujer. Este es un voto histórico. Seremos el primer país del mundo a inscribir en la Constitución esta libertad para las mujeres de disponer de su cuerpo”, proclamó el ministro de Justicia, Éric Dupont-Moretti, encargado de defender la reforma por parte del Ejecutivo.
Medio siglo después de la legalización del aborto en Francia, el país da este paso, una decisión impulsada por el presidente, Emmanuel Macron, después de la decisión del Supremo de Estados Unidos de revertir la jurisprudencia que daba protección federal al derecho al aborto en ese país.
“Me comprometí a convertir en irreversible la libertad de las mujeres a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo inscribiéndola en la Constitución. El Senado ha dado un paso decisivo”, aseguró el presidente en la red social X, en la que anunció la convocatoria del congreso para el lunes para oficializar la modificación de la Carta Magna.
Pese a que no goza de mayoría en ninguna de las dos cámaras, Macron ha logrado sacar adelante esta medida que cuanta con un amplio respaldo popular.
La oposición de izquierdas lo abrazó con entusiasmo y la derecha no se ha opuesto, en vísperas de unas elecciones europeas y por temor a ganarse una imagen reaccionaria en la sociedad, por lo que el texto ha recibido un apoyo mayoritario, incluso desde la extrema derecha.
Algunas voces conservadoras se habían levantado en el Senado para introducir enmiendas al texto, lo que habría retrasado su inclusión en la Constitución, pero fueron rechazadas por los senadores.
Un momento de concordia
El presidente logró así un momento de concordia en un mandato en el que está teniendo muchas dificultades para sacar adelante sus medidas, con amplia oposición en algunas leyes como la reforma de las pensiones o la ley de inmigración.
La reforma constitucional reformará el artículo 34, en el que se inscribirá “la libertad garantizada de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”.
Aunque reconoció que en la actualidad el derecho al aborto no está amenazado en Francia, el ministro de Justicia consideró “necesario” inscribir el aborto para que “en el futuro ninguna mayoría pueda ponerlo en cuestión”.
Recordó el caso de Estados Unidos, pero también los de Hungría o Polonia, donde partidos conservadores han restringido el derecho al aborto y señaló que en el futuro puede suceder también en Francia.
Con esta medida, será más difícil modificarlo, puesto que será precisa una mayoría cualificada de tres quintos para volver a modificar la Constitución.
Mientras los senadores debatían la reforma un pequeño grupo de militantes anti-aborto se manifestó a las puertas de la cámara, mientras que otros lo hacían, algo más lejos, a favor de la nueva medida.