(AFP) – La fiscalía general de República Dominicana urgió a las autoridades de Polonia a detener y entregar al sacerdote polaco Wojciech Waldemar Gil, acusado de abuso sexual de menores y que permanece libre en su país.
«Es un caso muy serio y de nuevo reiteramos la necesidad de que esa persona sea apresada, sea condenada, sea sancionada drásticamente», dijo el fin de semana a una televisora local el procurador (fiscal) general, Francisco Domínguez Brito, cuya oficina envió al finales de octubre el expediente acusatorio contra Gil.
El expediente incluye cientos de fotografías, videos y enlaces a publicaciones de internet que incriminan a Gil en el alegado abuso sexual a menores de edad, en el pueblo de Juncalito, según la Fiscalía de la Provincia Santiago (Norte).
«Hay que esperar que culmine también el proceso de investigación en Polonia para la presentación de los cargos correspondientes», agregó Domínguez Brito.
Entre Polonia y República Dominicana no hay acuerdo de extradición, por lo que la Procuraduría aspira a conformar un equipo de fiscales que asistan a sus homólogos del país europeo una vez se inicie un juicio de fondo contra Gil.
Las evidencias sugieren que el cura violaba a los niños junto a otros adultos no identificados y que los grababa masturbándose o usando ropa femenina.
El padre Alberto, como se conoce a Gil en la comunidad de Juncalito, estaría vinculado al también polaco y exnuncio en República Dominicana Josef Wesolowski, de 65 años, acusado de pederastia y destituido de sus funciones el pasado 21 de agosto para responder a las acusaciones ante el Vaticano.
Con el envío del expediente, República Dominicana espera que se produzca el apresamiento de Gil, quien permanece libre pese a que el país emitió en septiembre una orden de captura a través de Interpol.
«No puede haber impunidad en este caso, lo que sucedió es imperdonable y tiene que haber una sanción», sentenció el procurador.
Según versiones de prensa, las primeras acusaciones contra este sacerdote surgieron en mayo y justo en ese mes el religioso viajó a su país natal con el pretexto de que iba de vacaciones.
Allí se refugió en casa de su madre en un pueblo del sur y hace más de un mes ofreció una entrevista a la televisión local en la que atribuyó sus acusaciones a represalia de gente del narcotráfico.