La fiscalía de Nueva York asegura que el expresidente hondureño Porfirio Lobo Sosa acordó proteger a narcotraficantes junto a su hijo Fabio a cambio de sobornos, según un documento judicial al que accedió la AFP.
El documento, con fecha del 28 de febrero y archivado el viernes, es un memorando del gobierno estadounidense previo a la audiencia en la cual un exjefe de la banda de narcotraficantes Los Cachiros aseguró que el expresidente nombró a su hijo Fabio como «interlocutor» del cártel.
Las explosivas acusaciones de este exjefe narco, Devis Leonel Rivera Madariaga, testigo del gobierno en el caso contra Fabio Lobo, han sacudido Honduras.
Fabio Lobo es acusado por el gobierno estadounidense de conspiración para enviar cocaína a Estados Unidos y está preso en Nueva York desde mayo de 2015.
Rivera aseguró que además de Fabio Lobo, el expresidente Lobo, el actual ministro de Seguridad, Julián Pacheco, dos diputados, un alcalde y el hermano del actual presidente Juan Orlando Hernández tuvieron vínculos con el narcotráfico. Todos niegan tajantemente las acusaciones.
El documento se hace eco de sus denuncias. «Comenzando aproximadamente en 2009, cuando Lobo Sosa buscaba la presidencia de Honduras, el acusado (Fabio Lobo) se unió a una conspiración para traficar drogas con su padre y otros al aceptar sobornos a cambio de proteger y asistir a traficantes en Honduras», dice el memorando, firmado por el exfiscal del distrito sur de Nueva York Preet Bharara -despedido este mes por el gobierno de Donald Trump- y los fiscales adjuntos Emil Bove y Matthew Laroche.
«Mientras Lobo Sosa era candidato a presidente de Honduras en 2009, los líderes de Los Cachiros le pagaron aproximadamente 500.000 dólares a cambio de, inter allia, protección política de investigaciones policiales, impedir la extradición a Estados Unidos y el otorgamiento de contratos de agencias gubernamentales hondureñas a compañías fachada para lavar dinero controladas por Los Cachiros», añade.
Honduras no autorizó la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos hasta aproximadamente 2012, y «ninguna extradición ocurrió cuando el presidente Lobo Sosa estaba en el cargo», recordó.
Consultado este sábado sobre si el gobierno estadounidense ha pedido o estudia pedir a Honduras la extradición del expresidente Lobo, que vive en las afueras de Tegucigalpa, un portavoz de la fiscalía del distrito sur de Nueva York respondió: «No podemos comentar».
«Mi conciencia está limpia de todo acto ilícito que se señale contra mi persona. Me someto a las indagaciones y cualquier investigación minuciosa de las autoridades», dijo el expresidente Lobo tras las denuncias del excapo de Los Cachiros.
La fiscalía hondureña anunció que investigará de oficio a las figuras públicas señaladas por Rivera Maradiaga, que confesó provocar la muerte de 78 personas y se enfrenta a una pena mínima de cadena perpetua más 30 años.
Fabio Lobo, que será sentenciado el 30 de mayo, enfrenta una pena mínima de 10 años y una máxima de cadena perpetua.