Federico Carboni, el tetrapléjico que ayer se convirtió en el primer italiano en morir en su país mediante suicidio médicamente asistido, había pedido antes de fallecer acelerar los trámites para someterse a la eutanasia.
«Espero que los próximos que recorran mi camino tarden menos», dijo en un vídeo difundido hoy.
«Al haber sido el primero en Italia, he tardado 20 años y espero que las próximas personas que recorran mi camino tarden mucho menos tiempo, porque 20 años para alguien que está mal y sufre son verdaderamente largos», sostiene en la grabación, publicada de forma póstuma.
Carboni, de 44 años y al que se conocía como «Mario» por motivos de privacidad, se ha convertido en el primer italiano en someterse al suicidio médicamente asistido, permitido en Italia a raíz de una sentencia de 2019 del Tribunal Constitucional.
Su muerte se produjo ayer, después de que en febrero lograra de las autoridades el fármaco para provocársela, que tuvo que pagar él mismo, según la Asociación Luca Coscioni, que propugna la legalización de la eutanasia y que le ayudó recogiendo fondos.
En su vídeo de despedida, divulgado por la asociación, Carboni recuerda su vida, truncada a raíz de un accidente de tráfico en octubre de 2010 en el que quedó tetrapléjico.
«Desde entonces mi vida cambió completamente. No siento mi cuerpo de los hombros para abajo, he hecho de todo para hacer que mi vida fuera lo mejor posible, pero en estos años he tenido un continuo aumento de los dolores, que yo ya no soporto más», reconocía.
El hombre, natural de Senigallia (centro), recordó que decidió someterse a la eutanasia en 2015 hablando con su padre, al concluir que habría hecho lo posible para mantenerse en vida, pero, si el dolor se hacía insoportable, buscaría morir en Italia si era posible o en Suiza, donde se permitía esta práctica.
Pero en 2019 el Constitucional italiano estipuló que ciertas formas de eutanasia no eran punibles, pronunciándose sobre el juicio de un activista de la asociación, Marco Cappato, procesado por ayudar a un tetrapléjico, Fabiano Antoniani, a morir en Suiza y finalmente exonerado.
Carboni entre mayo y junio de 2020 obtuvo cita en Suiza para someterse a la eutanasia, pero el propio Cappato le dijo que se había abierto la posibilidad de hacerlo en Italia y decidió intentando, a pesar de lo farragoso que es todavía el procedimiento.
Finalmente, logró su objetivo de morir a las 11.05 locales (09.05 GMT) de ayer jueves, bajo el control médico del anestesista Mario Riccio y acompañado en todo momento por su familia, amigos y activistas de la asociación, como Marco Cappato.
Este último emplazó hoy a los políticos a revisar el proyecto de ley sobre el suicidio asistido actualmente en tramitación en el Parlamento porque lo considera «inútil» e incluso un escollo para la aplicación del dictamen del Constitucional.