Al menos diez civiles, entre ellos tres niños, murieron este martes por la explosión de una mina que se activó al paso del vehículo en el que se dirigían a un funeral en la provincia de Khost, en el este de Afganistán.
El atentado tuvo lugar hacia las 05.00 horas (00.30 GMT) en Alisher, uno de los distritos más inestables de esta provincia fronteriza con Pakistán, cuando el grupo de tres niños y siete adultos circulaba por una precaria carretera.
«El automóvil se rompió en partes por la explosión. Diez civiles murieron, entre ellos tres niños, dos mujeres y cinco hombres», dijo a Efe el portavoz del gobernador provincial, Talib Mangal.
De acuerdo con el portavoz, el grupo de aldeanos se dirigía a un funeral.
«La bomba fue colocada por los enemigos de los civiles, que (los) atacan y matan», aseguró refiriéndose a los talibanes, que usan minas y otros artefactos explosivos en las carreteras como una de sus táctica de guerra más empleadas para evitar el movimiento de las fuerzas de seguridad.
Los talibanes no han hecho ningún comentario relacionado con el atentado.
El ataque, que causó la muerte de todas las personas abordo del vehículo, ocurrió en la misma jornada en la que UNICEF hizo un llamamiento para pedir a las partes en conflicto proteger de las consecuencias de la guerra a los civiles, especialmente a los niños.
En un informe presentado en Kabul, la agencia de la ONU aseguró que durante los primeros nueve meses del año un promedio de nueve niños afganos murieron o fueron mutilados a diario en Afganistán.
Esta cifra marcó un aumento del 11% de las víctimas en comparación con el mismo período del año pasado.
LAS CONVERSACIONES DE PAZ
El atentado, cuya responsabilidad directa se desconoce, se produce en medio de una «breve pausa» de las negociaciones de paz entre los talibanes y una delegación estadounidense anunciada el pasado 12 de diciembre.
El anuncio de ese receso se hizo un día después de un ataque reivindicado por los talibanes a la base aérea de Bagram, la mayor instalación militar de Estados Unidos en Afganistán, en el que dos civiles y los siete atacantes murieron y al menos 70 personas más resultaron heridas.
El representante especial de Estados Unidos para los esfuerzos de Paz, Zalmay Khalilzad, expresó su indignación tras el ataque a la base aérea y dijo a los talibanes que deben «demostrar que están dispuestos y son capaces de responder al deseo afgano de paz».
Las negociaciones que se llevan a cabo en Doha tienen como tema central la retirada de las tropas estadounidenses y un aumento de las garantías de seguridad por parte de los insurgentes.