Atenas y la Eurozona, liderada por Alemania, inician este viernes en Bruselas una decisiva reunión de ministros de Finanzas para buscar un acuerdo sobre la financiación de Grecia, y evitar otro periodo de incertidumbre para Europa.
La reunión del Eurogrupo (los 19 ministros de Finanzas de la zona euro) estaba programada para comenzar a las 14H00 GMT pero las discusiones de último momento seguían demorando el inicio, en un ambiente denso y de confrontación entre Alemania y Grecia.
«No hace falta decirles que las conversaciones son bastante complicadas. Hay razones para ser optimistas, pero es muy difícil» admitió el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, antes de iniciarse las negociaciones sobre la prolongación del programa de financiación de Grecia, que termina dentro de ocho días.
Sin ese acuerdo, Grecia corre el peligro de encontrarse rápidamente sin fondos y abocada a una salida de la zona euro.
«Grecia está en la zona euro» y «debe seguir en la zona euro», afirmó este viernes el presidente francés François Hollande, tras un almuerzo en París con la canciller alemana Angela Merkel, antes iniciarse el Eurogrupo.
«Desde que tenemos un programa para Grecia, la acción política tiene como objetivo mantener a Atenas en la zona euro», coincidió la canciller, durante una rueda de prensa conjunta en la capital francesa
«Se necesita mejorar considerablemente la sustancia de las propuestas (griegas) para que obtengamos un acuerdo del Bundestag», precisó no obstante Merkel, aludiendo a la necesaria aprobación por la cámara baja alemana de un acuerdo con Grecia.
La reunión de los ministros de Finanzas de la Eurozona, la tercera en menos de diez días, debería desembocar en un acuerdo sobre la extensión del programa de ayuda a Grecia, que expira el 28 de febrero.
Grecia quiere pasar página de la austeridad. Pero Alemania, con la inflexibilidad que encarna su ministro de Finanzas, el conservador Wolfgang Schäuble, exige que Atenas siga saneando sus finanzas públicas y las reformas estructurales que le exigieron a cambio de dos planes de apoyo por valor de 240.000 millones de euros.
Para facilitar un acuerdo, una mediación fue organizada este viernes por la zona euro, el FMI y la Comisión Europea entre Schauble y su homologo griego Yanis Varoufakis –ambos mantienen malas relaciones–, según una fuente griega.
«Hemos recorrido no un kilómetro, sino diez, esperamos que nuestros socios recorran (el camino) restante» dijo Varoufakis a su llegada, y expresó el deseo de que haya «fumata blanca» «al final de . la reunión».
Berlín no está solo en su posición dura,y cuenta con el respaldo de Finlandia y los países bálticos al norte, y de España y Portugal al sur.
Atenas quiere ‘flexibilidad’
Atenas había dado el jueves un paso importante hacia un compromiso y se decidió a pedir una «extensión» del acuerdo de asistencia financiera que la zona euro le conminaba a aceptar esta misma semana.
En una carta dirigida al Eurogrupo, el Gobierno griego también dijo estar dispuesto a aceptar la «supervisión» de sus acreedores (UE, BCE y FMI) y se comprometió a abstenerse de «cualquier acción unilateral» que socave sus objetivos presupuestarios.
A cambio, reclama cierta «flexibilidad» que permita rectificar las medidas de austeridad más dolorosas, tal como prometió Alexis Tsipras, el nuevo primer ministro de izquierda radical, durante su campaña victoriosa. El término «flexibilidad» será sin duda muy debatido por el temor de varios países de que Grecia lo emplee para no cumplir sus compromisos.
Apenas recibida la solicitud de extensión, el ministerio alemán de Finanzas, lo rechazó con sequedad y dijo que no veía ninguna «solución sustancial».
Sin embargo, este viernes una portavoz de la canciller Merkel suavizó desde Berlín esa posición.
«En opinión del gobierno alemán [la demanda griega] no es aún suficiente» pero «está considerada como un punto de partida para otras conversaciones», dijo la portavoz.
Si fracasara la reunión del Eurogrupo, los dos campos hablan ya de una posible próxima cumbre europea.
«Si no llegamos a un acuerdo, el tema podrá ser resuelto gracias a intervenciones políticas del mayor nivel, pienso en una cumbre europea», dijo Nikos Pappas, ministro de Estado y cercano a Alexis Tsipras.
«Un acuerdo es posible en los próximos ocho días, si fuera necesario mediante una reunión suplementaria a nivel de jefes de Estado», aseguró por su lado el comisario europeo alemán, Günther Oettinger.