Al menos 40 personas murieron y 213 resultaron heridas en una estampida este martes durante el funeral del comandante Qasem Soleimaní en la ciudad de Kerman, en el sur de Irán, según la Organización de Emergencias iraní.
El director de la Organización de Emergencias, Pir Hosein Kolivand, informó de que este es el recuento de víctimas «hasta el momento», sin descartar que aumente la cifra.
Kolivan explicó a la televisión estatal que la tragedia se debió a la afluencia masiva de ciudadanos a las exequias en Kerman y que todos los hospitales ya estaban en alerta.
Los heridos fueron trasladados a los hospitales, que han recibido a mujeres, hombres, ancianos y niños.
El ministro iraní de Salud, Said Namakí, se ha trasladado a Kerman para supervisar y dirigir las labores de emergencia.
Por su parte, el responsable del comité de las exequias de Soleimaní en Kerman, Mehdí Sadafí, dijo que el entierro del comandante ha sido retrasado a causa de la estampida.
Las autoridades también pidieron a la población que abandone gradualmente la zona donde se estaba celebrando el multitudinario funeral.
Decenas de miles de personas se congregaron en la plaza Azadí de Kerman y sus alrededores para rendir homenaje a Soleimaní, asesinado el pasado viernes en un bombardeo selectivo de Estados Unidos en Bagdad.
El cortejo fúnebre debía terminar en el cementerio de Kerman, donde el general será enterrado en una sección donde ya descansan otras personas consideradas mártires por la República Islámica.
Durante las exequias, el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí, advirtió de que Irán se vengará de forma «dura y decisiva» de EE.UU.
Además, el Parlamento iraní aprobó este martes por unanimidad una moción denominada «dura venganza» que califica al Pentágono y al Ejército de EE.UU. como fuerzas terroristas, lo que allana el camino a la acciones de represalia.