El Salvador
viernes 15 de noviembre de 2024

Espionaje masivo amenaza libertad de expresión y sociedad abierta

por Redacción


Según varias revelaciones difundidas en los últimos meses la NSA escuchó las comunicaciones de decenas de dirigentes europeos.

El exconsultor de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense Edward Snowden estimó que el espionaje masivo realizado por los servicios de inteligencia amenaza la libertad de expresión y la «sociedad abierta», en un texto publicado el domingo en Alemania.

«Este tipo de programas no sólo amenazan la privacidad, sino que también amenazan la libertad de expresión y las sociedades abiertas», escribió en un texto publicado en la revista alemana Der Spiegel.

«La existencia del espionaje tecnológico no tiene que determinar a la política», agregó, en este texto redactado el viernes, estimando que era un deber moral entender que las leyes y los valores limitan los programas de vigilancia masiva y protegen los Derechos Humanos.

«Nadie que diga la verdad comete un crimen», afirma Snowden en este texto publicado por Der Spiegel y titulado «Un manifiesto por la verdad».

Snowden también estima en este texto que algunos gobiernos que se sintieron «desenmascarados» al revelarse el espionaje lanzaron una «campaña de persecución sin precedentes», con el fin de sofocar el debate. No obstante, agregó, ahora el debate está teniendo lugar en todo el mundo.

Según varias revelaciones difundidas en los últimos meses, en cuyo origen se encuentra Snowden, la NSA escuchó, entre otras cosas, las comunicaciones de decenas de dirigentes europeos, incluyendo a la canciller alemana Angela Merkel, lo que ha provocado indignación en Alemania y el resto de Europa.

Además, en pleno escándalo sobre una red de vigilancia estadounidense en Asia, Malasia había afirmado el sábado haber convocado a los embajadores de Estados Unidos y Australia en protesta por presuntos actos de espionaje.

China e Indonesia ya habían pedido explicaciones a Australia luego de informes de que las misiones diplomáticas de Canberra eran utilizadas para controlar llamadas telefónicas y recopilar datos, como parte de un programa de vigilancia norteamericano.