La elección del magistrado constitucional Alejandro Maldonado como nuevo vicepresidente de Guatemala en sustitución de Roxana Baldetti, salpicada por un escándalo de corrupción, no desalentó las protestas ciudadanas contra la opacidad y las mafias dentro del Estado.
Las manifestaciones continuaban este jueves en las afueras del Congreso cuando se desarrollaba la elección del sustituto de Baldetti, al tiempo que en redes sociales circulaba la convocatoria a una nueva marcha en la capital y provincias para el próximo sábado.
Maldonado, un experimentado magistrado y diplomático de 79 años, fue electo por 115 de los 158 diputados y superó a los otros dos candidatos, los funcionarios Adela de Torrebiarte y Adrián Zapata, informó el presidente legislativo, Luis Rabbé.
El nuevo vicepresidente sustituirá a Baldetti, quien renunció el pasado 8 de mayo tras verse golpeada por las operaciones ilícitas de su exsecretario privado, Juan Carlos Monzón, señalado de liderar una estructura que cobraba sobornos en el sistema de recaudación de impuestos.
Monzón se encuentra actualmente en fuga y las autoridades presumen que se oculta en Honduras.
Tras conocer su designación, el magistrado renunció de inmediato a su puesto en la Corte de Constitucionalidad, de la que ha sido presidente en tres ocasiones.
Unas tres horas después de la elección, Rabbé juramentó al magistrado para iniciar en el cargo de inmediato hasta el 14 de enero de 2016, cuando asuman las nuevas autoridades electas en los comicios generales del 6 de setiembre.
El presidente guatemalteco, Otto Pérez, llamó a la población a retomar la gobernabilidad e instó a una «reforma del Estado que entre sus objetivos establezca más y mejores controles para la prevención y combate a la corrupción, la promoción de la absoluta transparencia en la gestión pública y la probidad».
«Pido el apoyo de todos los sectores del país, políticos, empresarias, académicos, iglesia, es decir, de todos aquellas que quieran acompañarnos en el esfuerzo para fortalecer y profundizar nuestra democracia», dijo Pérez en rueda de prensa junto a Maldonado.
En tanto, el embajador de Estados Unidos en Guatemala, Todd Robinson, manifestó su beneplácito por la designación de Maldonado, y afirmó que continuará «ofreciendo nuestro apoyo en la importante lucha por la transparencia y contra la corrupción e impunidad».
Trabajar con coraje y transparencia
Maldonado, quien fue candidato a la presidencia en 1982 y 1985, ministro de Educación (1970-1974) y canciller (1995), afirmó que asumirá el cargo «con todo el coraje y transparencia» respaldado en sus «50 años como abogado y 60 años de ejercicio político».
En medio de la crisis política que vive el país por las denuncias de corrupción, aseguró que al asumir el cargo hará «una revalorización, un análisis concienzudo, sereno, tranquilo y sobre todo prospectivo con la idea que el pueblo confíe en sus instituciones».
«En política los consensos son una virtud porque eso representa que (se) encuentran puntos de proyección común armonizables con el sistema democrático republicano de Guatemala», aseveró Maldonado, quien también fue embajador en México (1991-95) y ante la ONU (1974-76), así como diputado en la asamblea constituyente de 1985.
No obstante, pidió a la población respeto «al orden constitucional» cuando haga uso de su «derecho a la libre expresión y manifestación».
Por ello, consideró que su propósito será de «unificador» en el ambiente de efervescencia que se vive en el país por la crisis institucional desatada por las denuncias de corrupción y el posible involucramiento de su antecesora en los hechos denunciados.
La Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un ente avalado por la ONU para sanear el sistema judicial, revelaron el 16 de abril la existencia de una red dedicada a defraudar el fisco desde las aduanas, que supuestamente lideraba Monzón.
Baldetti, al renunciar, dijo que lo hacía para colaborar con la investigación de las autoridades, que dicen haber encontrado indicios de la posible participación de la exfuncionaria a partir de escuchas telefónicas.