Gracias a los acuerdos bilaterales, China está fomentando la circulación del yuan fuera de sus fronteras con el objetivo de favorecer los intercambios y de convertir a medio plazo a su moneda en una de las grandes divisas mundiales.
La reforma más emblemática de la zona de libre comercio de Shanghai, que se puso en marcha en septiembre, es la libre convertibilidad del yuan, que permitirá por primer vez comprar y vender esta divisa sin restricciones.
Aunque todavía no hay calendario, el proyecto forma parte del plan de las autoridades chinas para reforzar el renminbi, la «moneda del pueblo», como también se conoce al yuan.
«Las autoridades redoblaron sus esfuerzos para aumentar el atractivo del yuan en los mercados internacionales», indica Wang Qinwei, analista de Capital Economics, en referencia al acuerdo de intercambio de divisas con Gran Bretaña firmado en octubre.
El acuerdo permite a las instituciones de Londres invertir directamente en yuanes en China, con un máximo inicial de 80.000 millones de yuanes (9.600 millones de euros) y evitar así tener que pasar por Hong Kong.
China también ha firmado un acuerdo similar con Singapur para inversiones de un total de 50.000 millones de dólares.
El Banco Central Chino (PBOC) anunció además el 10 de octubre un acuerdo de intercambio de divisas con el Banco Central Europeo (BCE) de 350.000 millones de yuanes (45.000 millones de dólares) que facilitará el acceso de la moneda china a los bancos de la zona euro.
Se trata de «señales importantes» a pocos días de la reunión anual de la cúpula del partido comunista chino, aunque «no hay que esperarse cambios espectaculares a corto plazo», indica Zhao Longkai, de la escuela de negocios Guanghua de la Universidad de Pekín.
Las autoridades son «prudentes» porque «quieren seguir controlando el valor de su divisa», asegura este profesor.
Desde enero, el yuan ha ganado más del 2% frente al dólar y se acercó en las últimas semanas a la barra de seis yuanes por dólar, un récord desde 1994.
«El bloqueo presupuestario en EEUU y la incertidumbre sobre la política de la Reserva Federal Estadounidense han favorecido el refuerzo del renminbi» indica Jiang Shu, un analista chino de Industrial Bank, aunque cree que no seguirá subiendo porque perjudicaría las exportaciones del país.
Competir con el dólar
El interés de los inversores por el yuan va en aumento y la moneda china se ha convertido en 2013 en la octava más intercambiada en el mundo (1,49% de cuota de mercado en agosto en los mercados de divisas ), superando al rublo y al won surcoreano, según la sociedad financiera Swift.
Entre enero de 2012 y agosto de 2013 el volumen de intercambio del yuan se multiplicó por dos, indica Swift. La mayoría de intercambios (fuera de China y Honk Kong) se llevaron a cabo en Londres (62%), Estados Unidos (13%) y Francia (10%).
A finales de 2020 el yuan podría convertirse en la cuarta divisa más utilizada en el mundo como sistema de pago, indica el economista Stephen Green de Standard Chartered.
«Los intercambios comerciales de China se multiplicarán por dos hasta 2020 y la proporción de intercambios en yuanes también, hasta alcanzar el 28%», asegura.
Además de los beneficios económicos, la internacionalización del yuan es también el signo de la ambición del poder chino para competir con el dólar.
Las inmensas reservas chinas siguen dependiendo de las fluctuaciones del dólar y la agencia oficial Xinhua hizo recientemente un llamamiento para «desamericanizar» la economía mundial y favorecer la aparición de «una nueva divisa de reserva» que ponga fin a la «dominación» estadounidense.