El papa llamó el domingo a poner fin a la violencia en Venezuela y a encontrar «soluciones negociadas» a una crisis que «extenúa a la población».
«No cesan de llegar noticias dramáticas sobre la situación en Venezuela y la agravación de los enfrentamientos, con numerosos muertos, heridos y detenidos», declaró el papa ante 70,000 personas reunidas para la oración del Regina Coeli en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Mientras me uno al dolor de los familiares de las víctimas […], hago un llamamiento sincero al gobierno y a todos los componentes de la sociedad venezolana para evitar cualquier violencia en el futuro», añadió.
El papa pidió igualmente «que se respeten los derechos humanos y que se busquen soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que está extenuando a la población»
En el avión que le traía de vuelta de Egipto el sábado por la tarde, el pontífice aseguró que la Santa Sede estaba dispuesta a intervenir como «facilitador» ante la crisis en Venezuela, pero «con condiciones claras». A lo que una parte de la oposición se ha opuesto.
Un mes de convulsión en las calles
La oposición convocó a marchar en toda Venezuela el lunes, cuando se cumple un mes de tensiones con masivas protestas contra el presidente Nicolás Maduro, escenario que trae una renovada oferta de mediación del papa Francisco.
Veintiocho personas han muerto y cientos resultaron heridas en abril en disturbios vinculados a las manifestaciones, de los que se acusan mutuamente gobierno y oposición.
Frente a la creciente crispación, Francisco declaró este sábado que el Vaticano está dispuesto a ayudar, pero con «condiciones muy claras».
Recordó un fallido proceso de diálogo emprendido en octubre pasado, con acompañamiento de la Santa Sede, que la oposición abandonó al acusar al chavismo de incumplir acuerdos. «Las propuestas no eran aceptadas o se diluían. Eran un sí sí, pero no no», afirmó el pontífice.
Al responder a la propuesta, el líder opositor Henrique Capriles descartó retomar las negociaciones.
«Los venezolanos, todos, queremos dialogar, pero no estamos dispuestos a un diálogo Zapatero», dijo Capriles a periodistas, aludiendo al exgobernante español José Luis Rodríguez Zapatero, quien encabezó una misión de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) que acompañó al Vaticano en la fracasada mesa de conversaciones.
Capriles ha puesto en duda anteriormente la neutralidad de Rodríguez Zapatero.
Las manifestaciones ocurren en circunstancias complejas. El país con las mayores reservas petroleras del mundo sufre una severa escasez de alimentos y medicinas y una inflación, la más alta del mundo, que el FMI cifra en 720% para 2017.