Ante la prohibición en Italia de eventos que congreguen a gran número de personas por la difusión del coronavirus, el rezo del ángelus y la audiencia general los celebrará el papa en vídeo y sin presencia de fieles, lo que hará que el Vaticano se quede prácticamente sin peregrinos
El Vaticano anunció que el rezo del ángelus dominical y la audiencia general del miércoles las celebrará Francisco desde la Biblioteca del palacio pontificio y serán transmitidas en vídeo para evitar la congregación de público en la plaza de san Pedro como medida de precaución ante la difusión del coronavirus.
«Estas decisiones son necesarias para evitar los riesgos de propagación de COVID-19 debido a la congregación de personas durante los controles de seguridad para acceder a la plaza, como también se requiere por las autoridades italianas», indicó el Vaticano en una nota.
También se anunció que hasta el domingo 15 de marzo se suspenderá la participación de los fieles invitados a las misas que celebra cada mañana el papa en su residencia de la Casa de Santa Marta.
El Vaticano aún no ha comunicado qué sucederá con las audiencias privadas del papa a personalidades o a grupos.
UNA PLAZA SAN PEDRO VACÍA
Fue Pio XII quien el 15 de agosto de 1954 celebró el primer ángelus desde Radio Vaticana para todos los fieles y la tradición se trasladó pocos meses después a la ventana de las habitaciones papales en el palacio pontifico para que se pudiera también ver al pontífice.
En pocas ocasiones se ha cancelado el rezo de ángelus, excepto cuando el papa está de viaje, e incluso Juan Pablo II celebró el rezo por radio el 17 de mayo de 1981 desde su cama del hospital Gemelli de Roma, cuatro días después del atentado en el que casi pierde la vida cuando el terrorista turco Mehmet Ali Agca le tiroteó mientras saludaba a la gente en la Plaza de San Pedro, e incluso en 2005 asomado a la ventana del mismo policlínico.
También la enfermedad del pontífice polaco le obligó en 2005 a realizar la primera video-audiencia en la biblioteca del palacio apostólico, al igual que hará Francisco el próximo miércoles.
La medida se ha hecho necesaria sobre todo porque para acceder a la plaza los fieles y turistas, aunque ya escasos, se tienen que poner en fila para pasar los controles policiales e Italia ha decretado la necesidad de dejar un metro de seguridad entre las personas.
Además de los miles de personas que cada domingo acuden a oír al pontífice, las audiencias generales celebradas en la Plaza de San Pedro congregan a una media de 25.000 personas cada miércoles.
No son solo turistas y fieles los que acuden a estas celebraciones, sino que también grupos procedentes de todas las áreas religiosas, culturales, políticas o sociales, así como numerosos famosos, organizan sus visitas al Vaticano para acudir a la audiencia.
Con las catequesis de las audiencias en «streaming» se evitarían así las congregaciones de personas en la plaza de San Pedro y en el Aula Pablo VI, donde se celebran los eventos al cubierto.
EL CORONAVIRUS LLEGO AL VATICANO
Las medidas, cuando en Italia se registran 197 fallecidos y 3.916 infectados, se hacen aún más necesarias después de que el pasado día 5 se registrase el primer caso de coronavirus en la Ciudad del Vaticano y la puesta en cuarentena de varias personas que estuvieron cercanas a esta persona.
Esta decisión también servirá para proteger al papa Francisco, de 83 años, que durante las audiencias saludaba a cientos de personas.
El papa ha pasado varios días resfriado, sin síntomas atribuibles a otras patologías, como especificó la oficina de prensa, y por ello no ha podido participar junto al resto de la Curia en los Ejercicios Espirituales de Cuaresma.
También se están tomando medidas de control de las personas que se acercan al papa emérito Benedicto XVI, de 93 años, que vive en la residencia Mater Ecclesia situada en los jardines vaticanos.
Como en el resto de países, el departamento de Salud e Higiene del Vaticano ha implementado las normas italianas y a sus empleados y habitantes «reitera la necesidad absoluta de la correcta aplicación de las normas de higiene».
Se han instalado geles desinfectantes en las oficinas y se ha recomendado no viajar si no es necesario.
En el Vaticano, el país más pequeño del mundo, con una superficie de apenas 44 hectáreas inserta en el corazón de Roma, viven 605 ciudadanos, en su mayoría cardenales y diplomáticos, pero miles de personas trabajan allí, adonde se desplazan todos los días desde la capital italiana.
Ya se han suspendido numerosos actos relacionados con el Vaticano y también se pospuso al próximo 21 de noviembre el encuentro del papa con jóvenes economistas y empresarios de todo el mundo en la ciudad italiana de Asís, previsto inicialmente entre el 26 y el 28 de marzo.
También, según se explicó, la emergencia ha provocado que se anulase la misión de los prelados Charles Scicluna y Jordi Bertomeu para ayudar a los obispos mexicanos en la lucha contra abusos de menores por parte de clérigos.
El temor es que la emergencia continúe durante las próximas semanas, lo que significaría suspender u organizar de otra manera todos los actos de la Semana Santa.
Por el momento, el área alrededor de San Pedro se encuentra semidesierta, y no hay colas para entrar a la basílica de San Pedro o los Museos Vaticanos, que atraen a más de 6 millones de personas cada año y representan un importante aporte de dinero a las arcas de la Santa Sede.